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José Luis Guerín: «Al público de hoy no le asombra nada»

ALFONSO ARMADA

«Es asombroso que la pantalla sea un lienzo». Las frases en blanco sobre negro llenan la pantalla en la que el cineasta José Luis Guerín se pregunta por el origen de la pintura y del cine, como si fueran artes hermanados desde el origen. Fruto de una invitación del Museo Esteban Vicente de Segovia, «La dama de Corinto» es la última aventura cinematográfica de un hombre de cine que ya marcó un campo propio desde «Innisfree» y «Tren de sombras». La exposición que recrea el mito del origen de la pintura a partir de lo que escribió Plinio el Viejo en «Historia natural» le ha dado pie a una insólita instalación que todavía se puede ver en Segovia, pero que se ha convertido también en un libro.

«Me alegro de no haber hecho una película normal, intento preservar la ilusión del primer día con la cámara, el asombro», dijo Guerín en la presentación del libro, que trata de traducir a otro soporte las luces y sombras esbozadas en Segovia, no en vano el proyecto se subtitula «Un esbozo cinematográfico». Vestido de negro y con su inseparable gorra de estibador de delicadezas, Guerín añadió: «El espectador pierde la capacidad de creer lo que ve y no se asombra de lo que ve. Hoy no nos asombra nada. ¿Cómo producir imágenes hoy cuando el espectador está tan resabiado y es tan desconfiado? Intento ser como el primer cineasta y asombrarme de cómo el viento mueve una rama o de la sonrisa de una muchacha. He querido hacer un esbozo, porque el espectador de cine ya lo sabe todo. Me gusta la relación entre el esbozo y la ruina, que a partir de unos restos haya que reconstruir un edificio completo».

«Como cineasta, la fotografía para mí ha sido siempre un gran estímulo», insistió el autor de «Guest», su último experimento visual. «Para nosotros era muy difícil ver cine, veíamos fotografías y soñábamos las películas viendo una foto. Como los fotogramas de las vitrinas de los cines, porque o no tenía dinero o no tenía edad para verlas. Por eso sueño mucho las películas antes de verlas, a partir de la fotografía. La foto está para mí muy vinculada al deseo, al deseo de ver cine. Era más importante soñar eso que no se veía, casi más importante que ver las películas. La ausencia, la hoja en blanco, es lo que nos despierta el deseo».

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