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La crisis se ceba en la natalidad, que cae ya hasta niveles de 2003

El pasado año nacieron en España 10,51 niños por cada mil habitantes y casi 10.000 menos que el pasado año

MANUEL TRILLO

El estallido de la crisis económica en 2008 no solo abrió una etapa de caída en el PIB y de subida en el paro, sino que, como han confirmado los últimos indicadores demográficos, también impactó en la natalidad en España. Por segundo año consecutivo, el número anual de nacimientos volvió a caer en 2010, en esta ocasión en un 1,96 por ciento, hasta los 484.055, después de una década de aumento sostenido que alcanzó su cima en 2008 —el año de la quiebra de Lehman Brothers y del pinchazo de la burbuja inmobiliaria en España—, con 518.503 retoños.

Asimismo, la Tasa Bruta de Natalidad —es decir, el número de nacimientos por cada mil habitantes— cayó en 2010 hasta el 10,51, mientras que dos años antes había alcanzado el 11,37. Esto significa que, en lo que se refiere a este indicador, España se sitúa en niveles que no registraba desde 2003, cuando la tasa se situaba en el 10,49, de acuerdo con los datos recogidos en el informe sobre el movimiento natural de la población e indicadores demográficos básicos de 2010 dados a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El descenso en la tasa de natalidad fue general en la mayoría de las comunidades. Solo aumentó en Aragón, Castilla y León, el País Vasco, así como en la ciudad autónoma de Ceuta. Las tasas más bajas se registran en tres de las regiones españolas más envejecidas, Asturias (solo 7,39 nacimientos por cada mil habitantes), Galicia (8,07) y Castilla y León (8,24).

La explicación al descenso en el número de nacimientos hay que encontrarla, según el INE, sobre todo en la reducción progresiva del número de mujeres en edad fértil, puesto que el Indicador Coyuntural de Fecundidad, que recoge el número medio de hijos por mujer, apenas varió respecto a 2009, al situarse en 1,38.

Tanto en el caso de las mujeres de nacionalidad española como en el de las extranjeras, se produjo una ligera caída, si bien en el primer caso el indicador está en el 1,32 y en el segundo, en el 1,64. Entre tanto, las mujeres siguen retrasando el alumbramiento de hijos. La edad media de maternidad alcanza ya los 31,2 años, aunque también aquí diferencias entre españolas, que alargan este momento hasta los 31,9 años, y las extranjeras, que tienen los hijos a los 28,7.

Cada vez vivimos más

La reducción del número de nacimientos viene acompañada, además, por un aumento de la esperanza de vida, con las consecuencias que eso puede tener para el sostenimiento de pilares del estado del bienestar como el sistema público de salud o el régimen de pensiones. En 2010, la expectativa al nacer es la de vivir durante 82 años —78,9 años los varones y 84,9 las mujeres—. Pero para quienes ya han llegado a los 65 años, la esperanza de vida es de 20,5 —18,4 años para los varones y de 22,3 para las mujeres—, lo que significa que su expectativa es llegar a los 85,5 años —83,4 y 87,3 años, respectivamente—.

El número de fallecidos se redujo ligeramente en 2010 respecto al año anterior, hasta los 378.667, lo que tuvo su efecto sobre la Tasa Bruta de Mortalidad —los fallecidos por cada mil habitantes—, que disminuyó de 8,34 a 8,22. Dado que la población extranjera en España es mucho más joven que la nacional, solo el 2,8% del total de fallecidos era de nacionalidad foránea, a pesar de que este colectivo representa más del 12% de la población residente en el país.

El descenso en el número de nacimientos pesó más que la reducción en los fallecimientos, por lo que el crecimiento vegetativo de la población también cayó el pasado año, hasta las 105.388. Se trata de la cifra más baja desde 2005. El crecimiento vegetativo fue, incluso, negativo en cinco comunidades: Galicia, Castilla y León, Asturias, Extremadura y Aragón.

Más matrimonios gays

Los datos demográficos difundidos ayer por el INE incluyen también el número de matrimonios celebrados el pasado año, que fueron 169.020, un 3,6% menos que el año pasado, de manera que la llamada Tasa Bruta de Nupcialidad se redujo hasta los 3,67 bodas por cada mil habitantes, frente a las 3,82 de 2009. Galicia y Melilla fueron los únicos territorios donde aumentó la tasa, aunque muy ligeramente.

En el 21,5 por ciento de enlaces, al menos uno de los cónyuges era extranjero, lo que supone una ligera reducción sobre la proporción de 2009, cuando era del 21,8.

Lo que aumentó fue la proporción de matrimonios del mismo sexo, que alcanzaron un 2,1% del total, frente al 1,7 del año anterior.

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