En 1920, Humberto Cornejo Arenillas fundó la sastrería Cornejo. En un local de la Cava Baja comenzó su relación con el teatro y el incipiente cine español. En 1936 se incorporó a ella su hijo Vicente, y en 1978 entró en el negocio el hijo de éste, también Humberto de nombre. Ya hay una cuarta generación en esta sastrería que ha vestido innumerables películas y funciones de teatro.
Humberto Cornejo, nieto del fundador, es uno de los artesanos elegidos por Ramón Ivars para estar presentes en la Cuatrienal de Praga. Más de cincuenta personas trabajan en esta empresa familiar que tuvo su despegue internacional cuando el productor Samuel Bronston eligió España para rodar varias de sus superproducciones: «Orgullo y pasión», «El fabuloso mundo del circo», «El Cid»... Cornejo se encarga de vestir a los protagonistas y a los cientos de figurantes de estos filmes y se consolida como la sastrería por excelencia del mundo del espectáculo.
«No sé cuántos trajes podemos tener en los almacenes -ha dicho Cornejo en Praga-, pero de mi casa pueden salir vestidas 300 o 400 mil personas». Y es que la sastrería conserva los vestuarios de cientos de películas y espectáculos teatrales en ocho naves en Azuqueca de Henares. Ellos realizan los vestuarios y los alquilan a las productoras. Ese es el procedimiento más frecuente, aunque alguna producción haya querido tenerlo en propiedad. Cornejo ha comprado después vestuarios completos, como los de la película francesa «La Reina Margot» o buena parte de los trajes de «Gladiator».
Cornejo es pionera del reciclaje, y lleva décadas reutilizando trajes de una película para otra. «En el cine se recicla muchísimo. En "Robin Hood" hay más de 400 trajes de "El Reino de los cielos", y en "El perro del hortelano" había muchos trajes ya usados», cuenta. Y confiesa que no es nada mitómano: «Si hay que alquilar un traje que usaron Ava Gardner o Charlton Heston, se alquila». Y concluye: «La mayoría de las producciones utilizan vestuario reciclado. Lo contrario es una excepción».