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manuel pimentel, ex ministro de trabajo

«La reforma de los convenios no es la que necesita España»

«Nuestro país seguirá sin ser nada atractivo para invertir y crear puestos de trabajo»

«La reforma de los convenios no es la que necesita España» sigefredo

susana alcelay

Siempre ha dicho lo que pensaba, aunque en alguna ocasión le haya costado muy caro. Ahora, vuelve a hacerlo, directo, sin pelos en la lengua. Repasa para Empresa todas las claves de una reforma, la de los convenios, que no le convence. Habla de «indeterminaciones», de que «deja las cosas más o menos como están», de que «la reforma se ha aprobado mirando más a Bruselas que a las necesidades de nuestro mercado laboral»... Y lo advierte: «El empleo español ha perdido una de las bazas que más esperaba».

—¿Quién cree que ha salido ganando con la reforma de la negociación colectiva que finalmente ha impuesto el Gobierno de Zapatero?

—Creo que nadie. El empleo español pierde una de las bazas que más esperaba.

—Si usted tuviera que valorar muy brevemente los cambios en la norma, diría que es...

—Prima hermana de la reforma laboral, anuncia principios que pudieran estar bien, pero que quedan imposibilitados por los contrapesos e indeterminaciones.

—España se ha alineado con Grecia y Estonia, los únicos dos países que en sus legislaciones cuentan con arbitrajes obligatorios. Usted, que ha ejercido con éxito uno de los arbitrajes más conflictivos que se recuerda, el de AENA y los controlares, ¿cree que este mecanismo es el más adecuado para dirimir conflictos?

—Los arbitrajes, para que sean válidos y tengan suficiente autoridad moral deben venir del mutuo acuerdo de las partes. Un arbitraje impuesto, salvo que se produzcan circunstancias excepcionales, siempre podrá ser recurrido.

—En 1981 el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional los arbitrajes obligatorios, pero el Ministerio de Trabajo insiste en que el carácter transitorio del arbitraje aprobado esquiva problemas con el Alto Tribunal. ¿Piensa lo mismo, o cree que en la práctica pueden surgir problemas?

—Con los arbitrajes obligatorios siempre existirán dudas legales. Sería necesaria una jurisprudencia clarificadora para que pudiera otorgar la suficiente confianza jurídica.

—Pese a los arbitrajes, se mantiene la prórroga automática de los convenios, también llamada ultraactividad, una bestia negra para la CEOE...

—En el decreto ley se establecen los límites máximos de negociación antes de que el arbitraje se produzca. En este periodo rige, por tanto, la ultraactividad.

—Los convenios de empresa ganan protagonismo en la reforma que ha sacado adelante el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez. ¿Es el camino?

—En principio, se supone que un convenio de empresa está más cercano a la realidad concreta. El decreto ley concede mayor protagonismo a estos convenios colectivos, aunque matiza esta preeminencia al conceder al convenio sectorial la posibilidad de negar esa preeminencia.

—La reforma abre la puerta a rebajar las condiciones laborales (salarios, jornada laboral, etc) fijadas en los pactos sectoriales...

—Es lo que han hecho aquellos países que, como Alemania, han realizado el ajuste de producción sin destrucción de puestos de trabajo. Me parece del todo necesario.

—¿Piensa que una reforma como la que ha puesto en marcha el Ejecutivo socialista, será un arma eficaz de lucha contra el desbocado desempleo?

—Creo que no servirá para crear empleo. La reforma deja las cosas más o menos como están.

—¿El nuevo marco en el que se desenvolverán los convenios ayudará al mantenimiento del empleo?

—El empleo lo crea la actividad económica. Desde luego, por sí, esta reforma no creará ni el clima de confianza ni de flexibilidad que precisa la economía española.

—Las empresas dicen que tienen pánico a contratar... claman por fórmulas más ágiles ¿Quizá un contrato único estable con entrada y salida del mercado más fácil dirigido a los jóvenes como piden empresarios y expertos?

—Desde luego es mejor un solo tipo de contratación con una indemnización equiparable a la media europea que la rigidez extrema de las condiciones actuales, que son muy superiores a las de nuestro entorno y que perjudican, sin duda, a la creación de puestos de trabajo.

—¿Habría que haber sido más valientes? ¿Europa dará el visto bueno a estos cambios?

—La reforma se ha aprobado mirando más a Bruselas que a las necesidades de nuestro mercado de trabajo. Supongo que Europa la aprobará por los pelos, pero España seguirá sin ser nada atractiva para la inversión y la creación de empleo. Las empresas españolas tienen un marco laboral más restrictivo que sus competidoras europeas, lo que no tiene ningún sentido cuando duplicamos su cifra de desempleo.

—¿Cree que el Congreso de los Diputados endurecerá la reforma de los convenios?

—Si tomamos la referencia de la reforma del mercado de trabajo, saldrá del Congreso de los Diputados tan solo con algunas pequeñas modificaciones que no la variarán substancialmente, aunque parece que la nueva norma no le ha gustado a Convergencia i Unió (CiU).

—Cuando nadie se lo esperaba, aprovechando la aprobación de la reforma de los convenios, el Gobierno endureció la reforma laboral. A partir de ahora las empresas podrán reducir plantilla si prevén pérdidas transitorias.... ¿Cómo lo ve?

—Tenemos que combinar la defensa del derecho de los trabajadores con la posibilidad de supervivencia de las empresas españolas que lo están pasando muy mal. No tiene ningún sentido que aboquemos a muchas empresas al cierre por no haberle concedido los instrumentos de flexibilidad que hubieran podido salvar gran parte del empleo que mantenía.

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