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La Policía prevé 50.000 indignados en la manifestación del 19-J en Madrid

Un férreo dispositivo controlará las seis «columnas» e impedirá que alguien se acerque al Congreso, a 300 metros del final de la marcha

La Policía prevé 50.000 indignados en la manifestación del 19-J en Madrid EFE

CRUZ MORCILLO/PABLO MUÑOZ

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad trabajan con las previsiones de que a la manifestación de «indignados» del domingo en Madrid acudan entre 25.000 y 50.000 personas , una cifra también barajada por algunos de los difusos convocantes y aireada en páginas de Internet y comunicados.

Desde Interior admiten la dificultad de anticipar un número que se ajuste a la realidad, aunque se ha diseñado un dispositivo policial de seguimiento y control «de máximos» en el que participará Policía Nacional, Policía Municipal y en menor medida Guardia Civil. Esos máximos coinciden sobre el papel con las estimaciones de los organizadores. Después de los gravísimos altercados en el Parlamento catalán, que fuentes policiales califican de «prácticas borrokas», el objetivo es no dejar nada al azar , evitar que los agentes tengan que intervenir y garantizar un estrecho marcaje para que no haya ni rastro de violencia.

La manifestación del 19-J, convocada en toda España y que tiene su origen en el movimiento 15-M y las acampadas posteriores, encierra particularidades en Madrid. Está autorizada por la Delegación del Gobierno, hay seis convocantes, a título individual, es decir, no aparece ningún movimiento ni sigla detrás pese a que varios se la atribuyan; partirá de seis puntos distintos de la capital y de dos poblaciones (Getafe y Leganés) y confluirá en la plaza de Neptuno, a menos de 300 metros del Congreso de los Diputados.

Lejos del Congreso

«No se va a permitir de ninguna manera que los indignados se acerquen al Congreso, esa es una de las mayores preocupaciones», señalan las fuentes consultadas, que sin embargo no ocultan su preocupación porque la radicalización y violencia de una minoría, como ha ocurrido en Barcelona , por ejemplo, se extienda el domingo. Nadie soslaya además que en las convocatorias de varias webs la cita concluye en el Congreso, pese a que ese no es el lugar autorizado. Sí es el que se solicitó a la Delegación del Gobierno, que el día 10 dio el visto bueno a las marchas pero no al lugar donde pretendían terminar.

En varias convocatorias la cita concluye en el Congreso, pese a no ser el lugar autorizado

El cálculo de asistentes es especialmente complejo tras la algarada del Parlamento catalán. Se especula con que mucha gente opte por no acudir a la llamada del 19-J por el rechazo que ha suscitado el ataque a los diputados catalanes. Pero también que el episodio haya envalentonado a los más radicales —ya nadie duda de que entre las filas del movimiento se han colado y se camuflan grupúsculos violentos de extrema izquierda— y éstos acudan dispuestos a montar bronca.

Un ejemplo: dos de los convocantes de Madrid formaron parte de la candidatura de Iniciativa Internacionalista y pertenecen a la Coordinadora Antifascista de Madrid. Algunos miembros de esa Coordinadora protagonizaron hace dos años algaradas callejeras de entidad, como el ataque a una sede de la Policía Municipal y una batalla campal en Vallecas. «Una intervención policial con golpes y sangre —apuntan las fuentes—les pondría a algunos en bandeja su oportunidad de victimizarse. Ya no son los románticos y universitarios de los primeros días. Hay muchos infiltrados en el movimiento, todos de corte anarquista y borroka».

La dificultad del control policial que será férreo —participarán incluso agentes de Tráfico de la Guardia Civil— estriba además en la dinámica de las marchas, cuyo lema es «Caminemos juntos contra la crisis y el capital» . Son seis «columnas» que parten de puntos tan alejados como Getafe, Leganés, Plaza de Castilla, Parque de Santa María, Vallecas y Templo de Debod y acaban en Neptuno. Unas empiezan a las 9 de la mañana y otras a la una . El recorrido, además, abarca gran parte de la ciudad y en él se mezclarán miembros de las asambleas de trabajadores de barrios y pueblos de Madrid, con seguidores del movimiento 15-M, del que los primeros se han desvinculado. Unos y otros han aclarado que se apoyan, pero no tienen nada que ver. En medio, se espera, se sabe habrá radicales.

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