HORIZONTE
Un Humala en el que creer
Tras diez años que han sido un éxito económico, el Perú no puede volver a tirarlo todo por la borda
Estruendoso cual fue el descalabro de la bolsa de Lima tras la victoria de Ollanta Humala, para el final de la semana el índice del mercado de valores peruano había recuperado las marcas anteriores a la elección presidencial. Nada en esta justa ha sido normal.
Cuando se enfrentan dos candidatos que vienen de radicalismos opuestos es normal que ambos compitan por ocupar el espacio del centro político. Y en este caso, las urnas demostraron la mayor habilidad de la campaña de Humala para dominar ese territorio. Lo interesante es a dónde espera Humala ir a partir de ahora. Y lo sorprendente es que no son pocos los que gravitan en su entorno que afirman que acabará haciendo un Gobierno que en términos económicos y fiscales lo haga equiparable con un Gobierno de centro derecha.
No en vano está sondeando para su gabinete posibles ministros que han hecho frustrada carrera junto a Mario Vargas Llosa. Humala busca caras y currículos que parezcan intachables para los mercados internacionales.
La enorme convulsión que generó la segunda vuelta Keiko/Ollanta obligó a muchos realineamientos y a superar años de odios fratricidas. El ejemplo más sintomático fue el de Alejandro Toledo y Álvaro Vargas Llosa, que después de no hablarse desde hace una década —rompieron entre la primera y la segunda vuelta de la elección que ganó Toledo, cuando Álvaro era su jefe de campaña— en 2011 se han puesto de acuerdo para salir a hacer campaña juntos. Ellos se lo creen. O quieren creérselo.
Tras diez años que han sido un éxito económico, el Perú no puede volver a tirarlo todo por la borda. Y cuentan, con una fe casi evangélica, que el Ollanta Humala post Chávez está ya tomando distancia con Lula y considerando nombres de centro derecha para los ministerios más relevantes. ¿Será sólo un acto de fe?
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