Dos años de sanción a Bezabeh por su implicación en la Operación Galgo

Alemayehu Bezabeh ha encontrado un muro insalvable en la carrera de obstáculos que empezó el pasado 9 de diciembre, cuando fue detenido por la Guardia Civil mientras viajaba a El Escorial acompañado por su entrenador, Manuel Pascua, presumiblemente a una cita con el ex ciclista Alberto León para transfundirse una bolsa de su propia sangre. Aquel día se dio el pistoletazo de salida a la Operación Galgo que salpicó a otros deportistas. El Comité Español de Disciplina Deportiva le ha sancionado con dos años de suspensión más una multa de 3.001 euros por una infracción muy grave de dopaje. Esta decisión responde al recurso presentado por el Consejo Superior de Deportes tras la resolución exculpatoria del Comité de Competición de la Federación Española de Atletismo , que provocó en marzo pasado una gran polémica en el gremio. El fondista Sergio Sánchez llegó a decir que «los políticos están dopando a Bezabeh».

El motivo para aquella absolución fue que nuestra legislación no sanciona la intencionalidad. Fuentes cercanas al atleta de origen etíope señalaron a ABC que había indicios razonables de que fue engañado . «Además, denunció los hechos e identificó a los culpables. Le extrajeron sangre con la excusa de tratarle un problema de ictericia (enfermedad producida por la acumulación de pigmentos biliares en la sangre, que se manifiesta por la amarillez de la piel y de las conjuntivas), y le dijeron que iban al médico, pero la Guardia Civil intervino a tiempo y la infracción no se produjo». El argumento no convenció al CSD, y el secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler, solicitó la revisión . «Una sanción por dopaje nunca es una buena noticia; no puedo hablar de satisfacción», señaló ayer Soler. «Pero esto demuestra que vamos a luchar contra el problema con todos los medios a nuestro alcance».

Según la resolución, «los hechos demuestran que el atleta participó activamente en la puesta en práctica de un método de dopaje sanguíneo que se encuentra prohibido expresamente». El Comité Español de Disciplina Deportiva entiende que las declaraciones de Bezabeh ante la Guardia Civil y el juez «acreditan, más allá de cualquier duda razonable, que el atleta, inducido por su entrenador, consintió en que le fuera extraída sangre y en que ésta fuera conservada para su posterior autotransfusión , a pesar de que su representante le había advertido expresamente de que no debía aceptar tratamientos médicos particulares distintos de los de la federación».

El texto descarta que haya existido trato discriminatorio por ser el único implicado en la Operación Galgo al que se le ha abierto procedimiento disciplinario por la RFEA. Desestima los argumentos sobre su ignorancia de practicar un método prohibido y sobre su «creencia de ser sometido a un simple análisis de sangre para diagnóstico». « El atleta está sujeto a un deber de conocimiento de la legislación contra el dopaje y, en caso de duda, buscar asesoramiento».

La resolución agota la vía administrativa y contra ella sólo podrá interponerse recurso ante el juzgado central de lo Contencioso-Administrativo en el plazo de dos meses desde su notificación.