RACE se pone en venta y abre una guerra entre sus socios
La asociación lanzará al mercado un 51% de su capital, tras dividirse en dos sociedades
MADRID
El próximo 28 de junio, el centenario club automovilístico RACE celebra una asamblea extraordinaria en la que, entre los puntos en el orden del día, estudiará las condiciones de venta de Grupo Empresarial RACE, una de las sociedades resultantes de la segregación del Real Automóvil Club de España. El consejo de administración, encabezado por el presidente, Ramón García-Moliner, pretende obtener un mínimo de 50 millones de euros por la venta de los activos, representativos de un 51% de su capital.
Por el momento, no se le conocen pretendientes oficiales, pero sí aparecen fechas marcadas en el calendario. El consejo directivo pretende encontrar un comprador «con anterioridad al 31 de diciembre», una premura que, unida al procedimiento de escisión, ha soliviantado a algunos socios propietarios. Más de 1.000 de ellos (de entre un cómputo total de 17.000) han solicitado, mediante un escrito al Juzgado de Primera Instancia de Madrid, la celebración de una asamblea extraordinaria electoral para expresar su rechazo a la gestión de García-Moliner, actualmente imputado por delito societario.
La dirección de RACE sostiene que la venta del Grupo Empresarial RACE revertirá en «importantes mejoras y ampliaciones del complejo deportivo». El club de San Sebastián de los Reyes (Madrid) cuenta con uno de los patrimonios de ocio y deporte más ricos de España, compuesto por el circuito del Jarama, varios campos de golf, piscinas y pistas de tenis y pádel, entre otros. Asimismo, García-Moliner se ha propuesto cumplir con una de las viejas aspiraciones en RACE: la transmisión de los derechos de socio a terceros, como si fuera un título accionarial, para obtener a cambio una contraprestación económica.
Viejas heridas
Como le ocurrió a Fernando Falcó, marqués de Cubas, presidente a comienzos de la década de los noventa, el proyecto de escisión ha abierto la caja de Pandora en la asociación. Los socios disconformes con la gestión del actual presidente denuncian la «opacidad» con la que, a su juicio, se está llevando a cabo el proceso. Aseguran que no se ha realizado una valoración real de activos, más allá de las estimaciones del consejo, ni se han solicitado los preceptivos informes de expertos independientes, pese a que RACE contrató al bufete de abogados Cuatrecasas y el banco de inversión N+1. Estos socios también acusan a la actual dirección de ser la responsable de pérdidas que en el ejercicio 2010 superan los seis millones de euros.
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