Catastrofistas

Se encocoraba hace unos días la comedida vicepresidenta económica cuando Rajoy anunciaba que las nuevas administraciones gobernadas por el PP intentarían averiguar el estado real de sus cuentas. Según Elena Salgado, ese anuncio «resulta inoportuno» porque puede afectar al crédito de España ante sus acreedores. ¿Propone entonces la vicepresidenta que hagamos como los anteriores gobiernos griegos; que ocultemos el estado real de nuestras cuentas para que nos sigan prestando, con los resultados que conocemos? Admitamos que Salgado no lo quiere, pero ¿entonces por qué resulta inoportuno enseñar las tripas de nuestras finanzas cuando nuestro problema ante los mercados es precisamente de confianza?

Nada distinto de lo que sugería Rajoy es lo afirmaba el viernes el gobernador del Banco de España. Pero ya se sabe que Fernández Ordóñez es un «traidor» al PSOE desde que avisara de la profundidad de la crisis y de la necesidad de reformas profundas mucho antes de que a Zapatero le derribaran del caballo desde Bruselas y Washington. Que se meta en sus cosas, le reprochaban a coro gobierno y sindicatos. Nadie ha perdido perdón aún al gobernador. Ni a todos aquellos que, con él, fueron tildados entonces de catastrofistas y antipatriotas.

Las medidas de austeridad de Rajoy podrán ser insuficientes, pero es un insulto a los ciudadanos que ironice sobre ellas el vicepresidente del gobierno que provocó una catástrofe fiscal dilapidando mucho del dinero gastado en iniciativas populistas sin las cuales probablemente no habría que haber congelado las pensiones.