Perfil
La heredera frustrada
Hubo un tiempo en que ser mujer, catalana, y alumna aventajada de la nueva izquierda sin complejos de Zapatero era un valor en alza
Hubo un tiempo en que ser mujer, catalana, y alumna aventajada de la nueva izquierda sin complejos de Zapatero era un valor en alza. Pero ese tiempo pasó y su pronta fecha de caducidad ha cogido con el pie cambiado a Carme Chacón (Esplugues de Llobregat, 1971). Con el rostro contrariado y la voz finísima de sus primeras comparecencias públicas —mucho antes de ser ministra y favorita del secretario general— Chacón dio ayer un paso atrás antes incluso de haber dado el paso adelante que desde hace semanas se le presuponía.
El martes todavía contaba con el apoyo de Zapatero, según aseguró ayer, pero en 48 horas, mucho antes del crítico comité federal, Chacón se ha quedado sin coche, robado el miércoles en Esplugues, y sin candidatura.
La ministra de Defensa representaba, representa, a la generación socialista forjada en la Nueva Vía de José Luis Rodríguez Zapatero , esa izquierda líquida a juzgar de algunos en la que casi nadie confía para remontar un PSOE más derrotado que el de 1995. Con 40 años recién cumplidos y una hoja de servicios trazada exclusivamente a la sombra de un líder socialista en caída libre, Chacón ha optado por una retirada a tiempo. La prudencia, unida a las brutales presiones, se ha impuesto en una dirigente a la que algunos tildan de cobarde por sus ausencias . Sonada fue su ausencia en la sede del PSC, su partido, cuando se confirmó la pérdida del bastión barcelonés, como antes lo fue su desaparición ante los enfrentamientos entre PSC y PSOE por el Estatuto y el Constitucional.
Mucha ausencia para quien había recibido la mejor muestra de confianza de los catalanes en unas elecciones generales con el 45% de los votos y 25 diputados de los que después se ha desentendido demasiado alegremente a juzgar de muchos. Como su mentor político, Chacón busca las polémicas altamente ideológicas, en las se sabe abanderada de una determinada izquierda, ya sea por lucir pantalón en la celebración de la Pascua Militar o por acceder al Ministerio embarazada. Pero cuando se trata de un problema de fondo, huye del conflicto como gato escaldado, por lo menos hasta que consigue una mano ganadora; como un artículo compartido a cuatro manos con Felipe González. Pero si la falta de arrojo es uno de sus más evidentes defectos, la perseverancia hasta límites insospechados es una de sus virtudes.
Ayer, Chacón dejó claro que sigue a disposición del partido y que no deja la primera línea política. Queda por ver si esa continuidad pasa por Cataluña, con un PSC también en descomposición al que le urgen candidatos, o por Madrid 2016. Sin embargo, y aunque en los últimos meses se ha especulado sobre la posiblidad de un «aterrizaje» en Cataluña similar al de Alicia Sánchez Camacho para disputarle la Generalitat a Artur Mas en 2015, nadie cree que la ministra abandone la primera división por la que tanto ha batallado. Rodríguez Zapatero quiere reservarle plaza para un futuro liderazgo.
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