La indignación acampa en la Puerta del Sol
Un grupo de jóvenes permanece acampado en el centro de Madrid: «Queremos demostrar que la sociedad se puede movilizar sin partidos ni sindicatos»
Podría llamarse el campamento de la indignación. La juventud de un país con una tasa desempleo juvenil por encima del 40% se lanzó ayer a la calle para protestar por los constantes recortes que padecen los ciudadanos y la falta de perspectivas de futuro para una generación a la que los expertos del Fondo Monetario Internacional ya califican de «perdida» y algunos de ellos, pocos, permanecen acampados en la Puerta del Sol de Madrid como testimonio de que la protesta amainó, pero la indignación permanece.
De momento son pocos, pero parecen decididos y bien organizados. Han elegido hasta un portavoz, que, cómo no, está en paro. Pablo Gómez, 33 años, biólogo desempleado, es el rostro visible de los que han decidido que el fogonazo de ayer no puede extinguirse sin más, que eso sería demasiado cómodo para los políticos. Dice que la suya es una lucha por la «dignidad»: «Estamos preocupados por la situación política, social y económica y queremos que dejen de situarse los intereses económicos por encima de los de las personas».
Aunque el propósito declarado de los acampados en la Puerta del Sol es convertirla en un referente similar al que para la juventud egipcia supuso la plaza Tahrir de El Cairo, en la que miles de personas permanecieron hasta que cayó el Gobierno de Hosni Mubarak, sus émulos españoles están de momento lejos, muy lejos de ese objetivo. Esta mañana eran apenas medio centenar. Pero eso no significa que su causa no cuente con un respaldo masivo, un respaldo que ayer pudo sentirse en las diferentes convocatorias que se siguieron en todo el país. En el mundo actual, casi tanto como detrás de una pancarta, el apoyo a una movilización se demuestra con un clic en el ratón del ordenador. La página de Facebbok del colectivo Democracia Real Ya, uno de los colectivos convocantes tiene 35.ooo admiradores. En Twitter, el hashtag #15m, alusivo a la manifestación de ayer, se disparado en el ranking de trending topics. La marea es digital y toma cuerpo solo esporádicamente, pero es fuerte y empuja.
«Que venga el que quiera»
Mientras sus compañeros, todos jóvenes se afanan en la elaboración de pancartas con lemas como «Lo queremos todo y lo queremos ahora» o «Soberanía popular ya», Pablo explica que permanecerán en Sol «por lo menos hasta el domingo», cuando se celebran elecciones en toda España, «o puede que más, eso lo decidiremos en asamblea».
Las asambleas a las que alude se celebrarán varias veces al día y, según explica, es bienvenido todo aquel que quiera participar. «Lo que queremos es que acuda cuanta más gente mejor, queremos demostrar que no hace falta ningún partido ni ningún sindicato para que la sociedad se mueva y que de hecho ya lo está haciendo. El tiempo del inmovilismo pasó». Es la advertencia de un desempleado indignado. Como sabía bien el personaje de cómic, Daredevil, «solo un hombre sin esperanza es un hombre sin miedo».
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete