ZAPATERO tiene miedo de que no haya suficientes españoles que esta semana sientan suficiente miedo de que vaya a ganar la derecha como para ir a votar contra el PP el domingo que viene, lo cual dice muy poco de su autoestima como líder y de su falta de valentía para seguir los consejos que aquel valeroso Roosevelt, el presidente norteamericano tan demócrata y tan «progre» como Obama, dio a su pueblo cuando le envió a luchar en la Segunda Guerra Mundial: «A lo único que tenemos que tener miedo es al miedo mismo».
El miedo de Zapatero parece bastante fundado, porque por estas fechas los miedos de muchísima gente no parecen constituir la base racional o emocional por la que cualquier elector decide votar al Partido Socialista. Los habitantes de Lorca, por ejemplo, tienen miedo a las posibles réplicas de los terremotos que han asolado a su ciudad y los del resto del sur de España a que sus poblaciones, expuestas al mismo riesgo sísmico, se encuentren al albur de una catástrofe semejante; los funcionarios andan trabajando con miedo a que sea cierto, como lo va a ser, que van a sufrir un tijeretazo en la paga de junio que esperaban para saldar algunas trampas e incluso, con un poco de suerte, marcharse de vacaciones; los pensionistas, con miedo a que vayan a pagar el pato nuevamente como Europa se ponga a exigir al Gobierno drásticos recortes de un día para otro. Y ya en plan más lúdico, pero igualmente para preocupar, los seguidores del Barca tienen ya el miedo metido en el cuerpo por si el Manchester les sale gallito la semana que viene y los del Madrid persisten en su miedo, aunque callados, a que los árbitros de la UEFA continúen beneficiando a los azulgranas. En cuanto a los taurinos, el miedo es que los miles, sí, miles de euros que se pagan en la reventa por el duelo de esta semana en Las Ventas entre Manzanares y el Juli se esfuman en la nada. Porque cierto es que, como quieren los socialistas, llegamos a la recta final de esta campaña electoral con mucha tensión económica, profesional y personal. Pero también es verdad que como lo que se cuenten el domingo que viene sean miedos en lugar de votos, alguno que yo me sé se va a llevar un gran chasco.</CW>
