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Bildu/ETA y la «carne de gallina»

La imagen de un preso etarra sosteniendo a la salida de la cárcel un cartel de Bildu impugna el seráfico relato del Tribunal Constitucional

LA imagen del etarra Errandonea sosteniendo, a la salida de la cárcel, un cartel de Bildu es la más precisa descripción gráfica de la relación entre ETA y esta coalición separatista y toda una impugnación al relato seráfico que ha hecho el Constitucional en la sentencia que avala las candidaturas de esta formación abertzale . La lectura detallada de esta sentencia revela que la doctrina que permite a Bildu concurrir a las elecciones del 22 de mayo siembra de minas jurídicas la futura labor de los jueces y de las Fuerzas de Seguridad del Estado en la lucha contra las mafias políticas de ETA. Da la impresión de que la mayoría del TC esperaba que la banda repartiera carnés de afiliación entre los partidos integrantes de Bildu para poder dar por acreditada la relación entre estos y aquella. Y a falta de tales pruebas ilusorias, el TC echa por tierra no solo los informes policiales, sino la trascendencia probatoria que hasta ahora habían tenido los documentos de ETA para acreditar la comisión de delitos y las vinculaciones proscritas por la ley de Partidos. Así se explica esa asombrosa conclusión de la sentencia, según la cual no está acreditado que la intención de ETA de tener un partido a su disposición se haya materializado en Bildu. Errandonea piensa todo lo contrario.

El futuro de la lucha contra el frente político de ETA se ha hecho incierto, después de tantos años de esmerada labor legislativa, judicial y policial para desterrar a los terroristas de la democracia. También queda desguarnecido el papel jurisdiccional del Supremo, al que por mandato constitucional y legal le corresponde la función de valorar las pruebas, quedando a expensas del TC solo en cuanto su juicio probatorio sea arbitrario y vulnere un derecho fundamental o libertad pública. Los contundentes votos particulares apoyan esta tesis, porque de la sentencia del Supremo sobre Bildu se podrá decir cualquier cosa menos que la valoración de las pruebas que contiene no sea realista y fundada tanto en la propia fiabilidad de las pruebas aportadas como en la experiencia del Estado en la lucha contra ETA. Un dato revelador, aunque inútil: de los 27 magistrados que han resuelto sobre Bildu en ambos tribunales, 14 estaban a favor de anular sus listas y 12 en contra. La aritmética no desdice la legitimidad de la sentencia, pero ilustra sobre el peso de las razones jurídicas del Estado, humilladas frente a las de Bildu. Y esto sí —reproduciendo la expresión empleada ayer por Pascual Sala, presidente del TC— que pone la «carne de gallina».

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