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tras la muerte de bin laden

La cueva del líder de Al Qaida

ABC visita la gruta de una pequeña aldea paquistaní donde Bin Laden y su familia residieron durante dos años antes de trasladarse a Abbottabad

La cueva del líder de Al Qaida MIKEL AYESTARÁN

mikel ayestarán

«Aquí nunca hemos visto a Bin Laden , él es un hombre rico, ¿qué se le habría perdido en estas tierras?». Sayad y sus dos hermanos, Azim y Nazim, llevan lentejas en su bicicleta a los trabajadores que estos días desafían el sol para recolectar el trigo en Chak Shah Mohamed. No saben cuántos años tienen, nunca han ido a la escuela y viven de lo que sacan del reparto de comida. Esta pequeña pedanía de Haripur de apenas 2.500 vecinos fue residencia de Osama y su familia desde 2003 a 2005 , según la información que los servicios de inteligencia paquistaníes han obtenido de Amal Al Sadah, la joven esposa yemení del líder de Al Qaeda herida en la pierna en la operación de la semana pasada que costó la vida a su marido.

No es fácil encontrar el lugar. A la salida de Haripur, localidad situada a 130 kilómetros de Islamabad y en la misma carretera que va a Abbottabad, donde los Bin Laden pasaron los últimos cinco años, hay que dejar el asfalto y adentrarse por un camino de tierra que surca campos y campos de trigo. Chimeneas de humo negro y espeso anuncian la presencia de pequeñas fábricas de ladrillos, la única nota que rompe la armonía de un paisaje medieval más acorde con lo que se suponía como refugio de Bin Laden, que la casa de campo donde fue sorprendido .

Los vecinos viven en casas excavadas en la tierra, cuevas que con el paso de los años se han convertido en cómodas estancias que conservan el frescor en verano y el calor en invierno. Mohamed Wassim observa a los recién llegados desde la altura de su cueva y baja para saber de quienes se trata.

«Aquí nos conocemos todos, llevamos muchos años las mismas familias residiendo en esta tierra que pertenece a Khursid Anwar Khan. Sólo los pastunes que trabajan en el ladrillo vienen de forma temporal. Deberían preguntar allí», aconseja este vecino señalando a una chimenea próxima. Dos vacas a la sombra de un techo de paja son el orgullo de este padre de familia que, como el resto de habitantes de la zona, vive sin agua corriente ni electricidad y se ha enterado de la muerte de Bin Laden por los periodistas que estos días se acercan a Chak Shah Mohamed.

El sendero discurre entre espigas de trigo a punto de ser recogidas. Pequeñas cabezas se asoman de las cuevas que cuelgan de las paredes, pero se esconden al observar que Mohamed acompaña a los extraños. Una decena de trabajadores se esfuerzan en poner los ladrillos en filas verticales para que otros compañeros los puedan colocar de forma ordenada en los carros. Se trata de emigrantes afganos venidos de las provincias del sur de su país —las más castigadas por la guerra con la OTAN— en busca de trabajo y que repiten una y otra vez que «no sabemos nada de ese hombre, le conocemos porque su foto la conoce todo el mundo, pero nunca lo vimos por aquí».

Un terrateniente en apuros

Al igual que en Abbottabad, los vecinos tienen miedo de hablar. Al menos cuarenta personas han sido detenidas en las últimas horas por su presunta vinculación con la familia Bin Laden y la investigación sigue abierta. El responsable de la pequeña factoría de ladrillos artesanales vuelve a pronunciar el nombre del señor feudal, Khursid Anwar Khan, como única fuente capaz de aclarar el pasado de Bin Laden en Chak Shah Mohamed. Para llegar a su casa hay que dejar atrás los trigales y las cuevas, enfilar hacia Haripur y con solo pronunciar su nombre los vecinos señalan la dirección de la residencia.

«Somos dueños de la tierra desde hace 500 años y por eso el terreno lleva el nombre de mi antepasado que la adquirió», informa Khursid Anwar Khan. Este gran terrateniente no ha tenido tiempo aún de despertar de «la pesadilla de ver el nombre de mis terrenos en los medios relacionados con Osama» y lamenta que «con todo esto sólo se está consiguiendo atemorizar a los vecinos, que viven aterrorizados pensando que un avión no tripulado les puede atacar de un momento a otro con un misil».

¿Pero vivió o no Osama en una de las cuevas de Chak Shah Mohamed durante dos años como afirmó su esposa? «No, no, no y mil veces no. Desconozco por qué ha salido este nombre y no otro, pero esto no es más una parte más de la gran farsa montada por los americanos para cantar victoria. Sólo el tiempo sacará la verdad a la luz», sentencia Anwar.

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