Nuevo incidente entre patrulleras en las aguas que rodean Gibraltar
Las autoridades del Peñón impiden que se cumplan las órdenes de un barco de la Armada
MADRID
Un nuevo incidente se registró ayer en aguas próximas al Peñón de Gibraltar, sólo diez días después del último choque entre la Guardia Civil y barcos de la Royal Navy, que provocó una nota verbal de protesta al Reino Unido por parte de España. En esta ocasión, en el incidente, de mucho menor alcance, se vio involucrada la patrullera «P-74 Atalaya», cuando se acercó al fondeadero de Levante del Peñón para ordenar a un mercante que se encontraba allí que levara anclas y se marchara del lugar, ya que no tenía permiso para estar en aguas españolas, según una nota difundida por las autoridades de la colonia británica.
La nota añade que la Autoridad Portuaria de Gibraltar pidió a todos los barcos que estaban en la zona que permanecieran allí, porque estaban anclados «dentro de aguas territoriales de Gibraltar» y la patrullera española no tenía jurisdicción sobre las mismas.
Dado que la Royal Navy no dispone en la zona de embarcaciones de mayor envergadura, envió una lancha al encuentro del «Atalaya» que, según el comunicado, fue «advertido» por el bote de la colonia. Cuando llegó al lugar el «HM Scimitar», una embarcación mayor, la patrullera española ya había abandonado la zona.
Un portavoz del ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, aprovechó el incidente para afirmar que si España «persiste con estas incursiones y usurpaciones de jurisdicción, entonces el Reino Unido deberá desplegar embarcaciones apropiadas para reafirmar y defender la soberanía de Su Majestad en aguas territoriales de Gibraltar».
Un portavoz del Ministerio de Defensa se limitó a decir que la patrullera actuó en aguas territoriales españolas y que cumplió su misión respetando la legalidad internacional.
Mientras se conocían estos hechos, la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, aseguraba en el Senado, respondiendo a una pregunta del senador del PP Alejandro Muñoz Alonso sobre el incidente del pasado 24 de abril, que el Gobierno no mantendrá en ningún momento una postura de «claudicación, ni de resignación» en su demanda de la soberanía de Gibraltar y de sus aguas.
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