Cinco mil agentes contra el IRA, anarquistas, yihadistas y «locos»
Los desequilibrados mentales son la amenaza más compleja de prevenir
«Necesitamos que seáis nuestros ojos y nuestros oídos», pidió ayer a los habitantes de Londres la comisaria adjunta de Scotland Yard, Lynne Owens. Más de 5.000 agentes de la Policía de Metropolitana de Londres y de otras agencias, además de varios militares, se encargarán de asegurar la seguridad este viernes, con motivo de la boda del Príncipe Guillermo con Kate Middleton, cuando se esperan miles de personas por las calles de la capital británica.
«Si ven a alguien entre la masa que actúa de forma sospechosa, avisen a un agente cuanto antes”, advirtió Owens, de 42 años y segunda mujer en alcanzar el grado de segunda del legendario Cuerpo. Como responsable de la seguridad, su llamamiento fue de un inusual tono directo, que recuerda al sintético mensaje de la Policía en el metro de Nueva York: “Si ves algo, di algo».
Quienes se aventuren el viernes a ser testigos directos del enlace se arriesgan, además de a la anunciada lluvia, a ser cacheados por las fuerzas del orden, que requisarán de inmediato cualquier pancarta que pueda ser considerada “ofensiva”, según informaron ayer los mandos policiales.
Operaciones preventivas
Pero la Policía británica no ha esperado al día D para asegurar la buena marcha de las celebraciones. Unos sesenta detenidos en altercados recientes en Londres (miembros de grupos anarquistas o violentos infiltrados en las protestas contra la subida de las tasas universitarias) tienen prohibido el acceso al distrito de Westminster. Scotland Yard ha lanzado en los últimos meses una operación en el país para identificar de forma preventiva a miembros de los grupos antisistema más combativos. Además, las autoridades negaron el permiso para celebrar una concentración delante de la Abadía de Westminster al grupo extremista Musulmanes contra las Cruzadas.
En opinión de Scott Stewart, analista del centro Stratfor y ex miembro de la seguridad del Príncipe Carlos y Diana, cuatro son las principales amenazas: disidentes del IRA, grupos anarquistas, yihadistas y desequilibrados mentales. El IRA Auténtico (responsable entre otros del atentado de Omagh en 1998) se hizo presente anteayer desafiando la visita de Isabel II a la República de Irlanda, prevista para mayo, y que será la primera de la soberana al país vecino.
Los grupos anarquistas ya dieron un susto a la Familia Real cuando, el pasado diciembre, una veintena de violentos atacó con bombas de pintura y patadas el Rolls Royce del Príncipe Carlos y su mujer a su paso por la calle Regent, al grito de «¡Que les corten las cabezas!». La amenaza yihadista es una constante en una ciudad que vive en el segundo nivel de alerta más elevado, pero son los locos, curiosamente, quienes más preocupan.
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