Dos mil pisos con vistas al Calderón
El derribo de la antigua fábrica de cervezas de Mahou avanza a buen ritmo. La zona albergará un nuevo desarrollo residencial de la capital

De dentro hacia afuera, para minimizar las molestias y el ruido; así se está llevando adelante la demolición de la antigua fábrica de cervezas de Mahou, en el entorno del Vicente Calderón. Un derribo que marca el inicio de la cuenta atrás para construir en la zona lo que será un nuevo desarrollo residencial con más de 2.000 viviendas.
La empresa AG Construcciones inició el derribo el 30 de diciembre de 2010 —tres días después de recibir la licencia municipal—, y desde entonces sus retroexcavadoras van eliminando las construcciones.
Tienen once meses de plazo para finalizar un trabajo que la coordinadora general del área de Urbanismo, Beatriz Lobón, califica como «muy complicado». En realidad, esa es su especialidad: ya han realizado otros derribos técnicamente difíciles. En este caso, según informa un portavoz de la empresa, han «atacado» la demolición de dentro hacia afuera, «de manera que el propio perímetro de la fábrica actúe como barrera acústica y aminore la salida de polvo al exterior». De este modo, se ahorran molestias a quienes viven en el entorno.
La demolición es mecánica en su mayor parte: se utilizan demoledoras y trituradoras puestas sobre retroexcavadoras de largo alcance.
Previamente, en el interior de la fábrica se realizaron tareas de limpieza de la parcela, para retirar el mobiliario, así como los elementos de fibrocemento existentes. De estos últimos, informa el portavoz de AG Construcciones, se ocupó «personal especializado, dotado de trajes especiales, y cumpliendo en todo momento la normativa vigente en materia de tratamiento de amianto».
AG es una empresa especializada en demoliciones complejas y de grandes superficies. El plazo para derribar la antigua fábrica de Mahou se cumplirá en diciembre de este año. Una vez finalizado este paso, será el momento de empezar a trabajar sobre lo que fuera la vieja construcción, para cumplir con el convenio firmado entre el club Atlético de Madrid, el Ayuntamiento y la empresa cervecera.
El objeto del mismo es desarrollar un proyecto urbanístico que sustituye el estadio de fútbol por una zona verde, el Parque del Atlético, y crea viviendas y equipamientos públicos sobre el resto del ámbito.
Informe medioambiental
Sobre los terrenos de la antigua fábrica, que serán recalificados, se construirán 2.000 viviendas. En total, está previsto recalificar 92.000 metros cuadrados, de los que 31.046 pertenecen al estadio del Atlético y 61.251 a la Mahou.
No obstante, antes de construir nada habrá que realizar un informe medioambiental específico para comprobar si los suelos del ámbito sufren algún tipo de contaminación por la fermentación de cervezas, informó la coordinadora de Urbanismo.
Los beneficios de la operación llegarán a todos: a la Mahou, donde revertirán un 66 por ciento de los mismos; al club Atlético de Madrid, que recibirá el resto; y al conjunto de los madrileños, que donde ahora existe el estadio verán nacer un parque que complemente al que ya existe en el entorno del río Manzanares. Claro que la mudanza del estadio no convence a todos los seguidores atléticos.
Adiós al estadio
Además, la desaparición del estadio de fútbol permitirá concluir la operación de soterramiento de la M-30, que en esta zona vuelve con sus carriles de circulación a la superficie durante unos cientos de metros, para volver a sumergirse nada más superar el campo de deportes.
Cuando el estadio desaparezca, podrán enterrarse esos 22.000 metros cuadrados de M-30 que aún quedan expuestos al aire. Sobre lo que aún es el centro del corazón atlético, se levantará un gran parque, con un lago pegado al río.
Los vecinos del entorno del estadio, que durante varios años han soportado las obras para hacer desaparecer la autovía, y luego las de conversión de su superficie en parque lineal, ahora se enfrentan a este nuevo suplicio, aunque en este caso reconocen que las molestias no son tan grandes como esperaban. Tal vez porque, en esta primera fase, la demolición de la antigua fábrica de cervezas se está efectuando de dentro hacia afuera, lo que minimiza sin duda tanto el polvo que sale al exterior como el ruido de la propia demolición.
La fábrica de cervezas de Mahou en el Paseo Imperial ocupa una enorme superficie de más de 60.000 metros cuadrados, que supone una manzana completa entre esa calle y las de Paseo de Pontones y Alejandro Dumas. Es de las pocas grandes fábricas que le quedaban al distrito de Arganzuela, que en las últimas décadas ha vivido una extraordinaria recuperación de suelos residenciales, al mismo tiempo que perdía su industria, que se marchaba hacia zonas más periféricas —y con suelos más económicos— de la ciudad.
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