Tensión en la Audiencia Nacional por un «desafortunado error»
Los magistrados tratan de reparar contra reloj el «perjuicio» ocasionado
Desde el pasado 13 de abril, día en que la Sección Tercera Penal de la Audiencia Nacional autorizó la excarcelación del etarra Antonio Troitiño Arranz, uno de los más sanguinarios de la banda terrorista ETA, la sede de ese tribunal se ha convertido en una olla a presión. Los momentos de mayor tensión se alcanzaron en las últimas veinticuatro horas, de forma especial a partir de la tarde de este martes. Ese mismo día, la Sección Tercera se reunió de forma urgente y, de acuerdo con el recurso planteado por la Fiscalía, corrigió la decisión adoptada una semana antes y ordenó la busca y captura nacional e internacional de Troitiño. Fuentes de la Audiencia Nacional aseguran que el origen de este «desgraciado episodio» no es otro que un «desafortunado error».
La resolución por la que la Sección Tercera, que preside el magistrado Alfonso Guevara, ordenaba la excarcelación de Troitiño se dictó el 13 de abril al entender este magistrado que el tiempo que el etarra había permanecido en prisión preventiva debía descontarse de los 30 años que la ley fija como tiempo máximo de cumplimiento y no —como predica la «doctrina Parot», cuya aplicación no se limita a los beneficios penitenciarios sino que es extensiva a la prisión provisional— de cada una de las penas que le fueron impuestas por sus múltiples crímenes. Troitiño fue condenado a más de 2.000 años de prisión. Según la tesis inicial de Guevara, el etarra debió haber salido de la cárcel el 12 de agosto de 2009. Ese fue el motivo por el que se ordenó su inmediata puesta en libertad.
La errónea interpretación hecha por la Sección Tercera fue detectada por la Fiscalía el jueves, 14 de abril. A las 9.30 de la mañana de ese día, el Tribunal notificó la orden de excarcelación al fiscal; a las once horas, aseguran fuentes del Ministerio Público, el recurso ya estaba redactado y presentado. Pero Troitiño ya disfrutaba de sus primeras horas de libertad.
El clamor social y la gravedad del asunto (la excarcelación acordada por la Sección Tercera contravenía la doctrina seguida por la Audiencia Nacional y por el Tribunal Supremo desde, al menos, 2009) forzaron al presidente de la Sala Penal de la Audiencia, Javier Gómez Bermúdez, a avocar el asunto al Pleno. Sin embargo, la reunión se fijó para el 25 de abril, es decir, diez días después de la puesta en libertad del etarra. La razón aducida por Gómez Bermúdez hacía referencia a la imposibilidad material de reunir al Pleno hasta que la defensa de Troitiño no presentara sus alegaciones, para lo que contaba con un plazo que venció ayer mismo. Los siguientes cuatro días (Semana Santa) no son hábiles.
Pero los abogados del etarra se adelantaron y el lunes 18 ya habían presentado su escrito. La Audiencia estaba en condiciones de resolver. Y Troitiño ya llevaba días esfumado, pues la última vez que se le vio fue la noche del 14 de abril en un acto homenaje convocado por sus allegados.
La tensión aumentaba por momentos en la Audiencia Nacional, donde, literalmente, «ardían los teléfonos». El mismo 18 de abril, el Tribunal Supremo hizo pública una sentencia que reitera su ya consolidada doctrina sobre el cómputo de la prisión preventiva. Esa resolución es a la que se ha aferrado ahora la Sección Tercera para justificar su cambio de criterio y ordenar la busca y captura del etarra para su reingreso en prisión.
Fuentes de la Audiencia explican que, una vez que se tiene conocimiento de que la defensa ha presentado su escrito, Gómez Bermúdez intenta adelantar la reunión del Pleno, pero no puede por falta de quórum. Es entonces cuando le indica a Guevara que debe ser la propia Sección Tercera la que resuelva el entuerto. Los magistrados se reúnen bien avanzada la tarde del martes y su decisión no es notificada a la Fiscalía hasta el día de ayer.
Medios de la Audiencia Nacional expresaban ayer el enorme pesar que ha causado esta situación en el Tribunal y, de forma particular, en los magistrados de la Sección Tercera. Conscientes del «perjuicio» que errores de estas características provocan en su imagen, mantienen la esperanza de que Troitiño sea finalmente localizado y detenido.
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