Trimestre tras trimestre, el Observatorio de Turismo del Ayuntamiento lo pone de manifiesto: el 40 por ciento de los turistas que llegan a Córdoba lo hace en coche (propio o alquilado). No son moco de pavo. Y añade el estadillo estadístico lo siguiente: el 63% de los visitantes encuestados califica de regular o malo el tráfico y el aparcamiento.
A partir de aquí, y tras las peticiones del sector hostelero, IU introdujo en 2007 en su programa electoral la promesa de crear un aparcamiento específico para los turistas en El Arenal y desde allí fijar una lanzadera para trasladarlos al Casco. Nada de ello se ha puesto en marcha, y encuesta tras encuesta, el tráfico y el estacionamiento siguen siendo dos de los principales handicap que encuentra el visitante cuando llega a la ciudad. Por una parte del Arenal se deja aparcar a autobuses con turistas. El mismo punto que el Ayuntamiento acabó fijando como uno de los «botellódromos» de la ciudad.
A partir de ahí, hurgar en lo que recogía tanto el documento de IU como el del PSOE respecto al aparcamiento, problema que ya se extiende al resto de los mortales en Córdoba, supone, contrariamente a lo que se pudiera pensar, hallar una serie de referencias genéricas sin medidas concretas. Esto es, sin puntos concretos definidos donde se pudiera habilitar estacionamiento.
IU hace referencia a los aparcamientos nuevos hasta en cinco ocasiones en su programa electoral. Pero se le olvidó definir cuáles y dónde. En el caso del PSOE, se planteaba un «plan integral de aparcamientos que regule tanto el aparcamiento en superficie como el subterráneo».
Las fórmulas del socio del cogobierno municipal eran aparcamientos en superficie, en conexión con el transporte público en zonas periféricas (otra vez el formato lanzadera) y «priorizar el uso residencial de los aparcamientos en el casco».
Y esto último sí ha sido lo que ha logrado el PSOE, quien finalmente sí se hizo con la gestión de la materia a través de Vimcorsa. Aunque desde el Plan de Accesibilidad del Casco se ahondaba en la fórmula mixta, los socialistas acabaron blindando estacionamientos como La Herradura o la calle Sevilla —ahora un juez le ha quitado la razón—. Los turistas han de conformarse con el Paseo de la Victoria, que impulsó IU en el anterior mandato, y el Cementerio de la Salud, a medio gas.
Lo demás es un puñado de aparcamientos sacados a concurso para explotación y construcción de manos privadas (Ciudad Jardín, Valdeolleros, Levante...) y algunos parking públicos como los de Fátima y Parque Figueroa, pero para residentes exclusivamente de la zona. El turista, a lo suyo.
