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ETA se ve con futuro

La banda terrorista busca su perpetuación, dando por hecho que, sea cual sea el resultado de la tregua, tiene un futuro «político-militar»

ETA ha vuelto a confirmar que en su concepto de tregua y de superación de «la confrontación armada» no se incluye, de ninguna manera, su desaparición. Lo ha manifestado en el último «Zutabe» —revista interna de la organización terrorista— publicado el sábado por el diario «Gara», panfleto en el que repite los mismos tópicos de sus comunicados anteriores, salvo en que pretende rebatir las interpretaciones sobre su tregua actual, negando que sirva para ayudar a la izquierda aber-tzale a estar en las próximas elecciones. Obviamente, los hechos miden las intenciones de ETA y, queriéndolo o no, el «Zutabe» ratifica que la organización terrorista avala el proyecto de Bildu, la coalición abertzale que incluye a Eusko Alkartasuna y a Batasuna. Dice ETA que el alto el fuego «responde con responsabilidad a la petición hecha desde el Acuerdo de Gernika», declaración firmada por los integrantes de Bildu. No en vano, el auto de ilegalización de Sortu ya advertía de que Bildu era un proyecto de ETA.

Pero ETA no solo no anuncia el fin de la violencia ni su desaparición —no lo hace porque lo ha descartado—, sino que está en un proceso de reorganización logística y estructural que es conocido por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tal y como hoy informa ABC. Pese a las bravuconadas del «Zutabe», ETA asume que los cuerpos policiales tienen «un conocimiento exacto» de su funcionamiento, lo que le obliga a pensar en una «organización de futuro efectiva y ágil», que permita «un cambio organizativo total para poder garantizar su función político-militar». Por tanto, no hay ninguna perspectiva de que ETA abandone la violencia. Con la tregua actual, simplemente la está administrando, forzada por los excelentes resultados de la actuación policial, pero no renuncia a seguir practicando el terrorismo. En definitiva, ETA busca su perpetuación, con las adaptaciones que requiera su actual estado de quiebra operativa, pero dando por hecho que, sea cual sea el resultado de la tregua, tiene un futuro «político-militar», es decir, con un entramado político bajo control —llámese Sortu o Bildu— y con una estructura de «comandos» que sigue activa, como se ha comprobado con las últimas operaciones policiales en Francia y el País Vasco. Nada ha cambiado, porque ETA no cambia, solo disfraza sus movimientos estratégicos por razones oportunistas, en atención a los beneficios que puede obtener, como sucedió con el Pacto de Estella o con los acuerdos con el PSE y el Gobierno de Zapatero. Y diga lo que diga, ahora quiere que Bildu esté en las elecciones.

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