Él y la prensa
Mourinho solo envidia de Guardiola su prensa, que recuerda a las hormigas que cuidan a ciertos pulgones para deleitarse con sus secreciones azucaradas.
En Madrid, los periodistas van a Mourinho como los pastorcillos a Fátima: esperando el milagro de un titular. Pero un día Mourinho se aparece con Karanka porque él no va a hablar. ¿Se aparece la Virgen y sólo habla Sor Lucía? Algunos periodistas se marchan. Y Mourinho ya no les quiere contestar.
—Si ellos no hablan con mi segundo, yo sólo hablaré con sus directores.
Irrefutable.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete