¿Para qué sirve una ministra?
Rosa Aguilar recomienda por carta a docentes de Secundaria que vayan a ver la película «¿Para qué sirve un oso?»
La película «¿Para qué sirve un oso?», dirigida por Tom Fernández y protagonizada por Javier Cámara y Gonzalo de Castro, se estrenó el 1 de abril. Rodada en tono de comedia, la cinta cuenta la lucha de dos hermanos, un biólogo especializado en los hielos antárticos y un zoólogo que vela por el retorno de los osos a los bosques asturianos, por salvar el planeta. Alta Films y Versátil Cinema son las productoras de la película, que cuenta con Mediapro como productor ejecutivo a través de Javier Méndez y Lola Salvador. «¿Para qué sirve un oso?» recibió una subvención del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales de 54.000 euros y lleva recaudados más de 414.000 euros. Hasta ahí todo normal y hasta saludable. La película ocupaba en su primera semana en taquilla el número seis del ránking. Pero la normalidad empieza a desaparecer el 23 de marzo, fecha en la que casi dos millares de docentes de Secundaria recibieron una carta firmada por Rosa Aguilar, ministra de Medio Ambiente. La carta figuraba como documento adjunto de un e-mail enviado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación) con objeto de animar a los profesores a que utilizaran la película en las aulas «para incrementar el interés de vuestros estudiantes por conocer la biología» del oso pardo. En dicha carta, enviada una semana antes del estreno en cines de «¿Para qué sirve un oso?», Rosa Aguilar define la cinta como «una excelente vía para fomentar el turismo de naturaleza» y reconoce que, «tras su visionado, deja un verdadero poso sobre la importancia del conocimiento y la difusión de los valores ecológicos y las amenazas que se ciernen sobre el patrimonio natural». Tras destacar el «mensaje esperanzador» que transmite la película, la ministra pasa a recomendarla al docente «como recurso didáctico que pueda llegar a centros culturales y educativos de su zona».
Fuentes de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología confirmaron a ABC que no subvencionaron la película, pero el CSIC participó en la «asesoría científica de los contenidos». Igualmente, colaboraron en la difusión de la película con el envío masivo del citado e-mail porque les pareció «muy interesante y una buenísima oportunidad pedagógica, pues trabajamos por crear ocasiones científicas», aunque reconocen que se trata de «un caso concreto» y no de una práctica habitual. Nieves Maroto, gerente de Alta Films, advierte que «la carta fue idea del propio Ministerio de Medio Ambiente. Cuando vieron la película les encantó y decidieron apoyarnos». Un apoyo que se inició durante el rodaje con la citada colaboración del CSIC y que culminó con la misiva de puño y letra de Rosa Aguilar, algo que a la productora le «sorprendió muchísimo» y que, obviamente, agradecen, pues, «si a los profesores les llega una carta de la propia ministra, se lo creen, claro». Y de creérselo a ir a ver la película hay solo un paso, sobre todo si la recomendación lleva sello gubernamental.
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