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Jordi Llovet: «Bolonia marca el fin de las Humanidades»

El catedrático de Teoría de Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Barcelona publica «Adéu a la Universitat», su adiós a las aulas

Jordi Llovet: «Bolonia marca el fin de las Humanidades» ABC

SERGI DORIA

El profesor Jordi Llovet nos advierte de la diferencia entre “alumno” y “estudiante”. El primero es sujeto pasivo y estadístico, el segundo acompaña al profesor en el estudio y aprendizaje. Su trayectoria universitaria comenzó en 1965 como estudiante y acabó en 2008, prejubilado como catedrático de Teoría de Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Barcelona. Entonces, se puso a escribir “Adéu a la Universitat” (Galàxia-Cercle): un “adiós” que alude a la despedida de las aulas y también al declive de las Humanidades en la universidad.

Amante de los toros -“el último ritual sagrado de Europa”-, el tabaco y la lectura, Llovet lamenta la desaparición de la jerarquía del saber: “El plan de Bolonia ha puesto fin a las Humanidades, las ha convertido en algo residual. En la especialización no puede crecer una formación civil”, afirma.

«Nuestra sociedad ya no distingue la tontería de lo que no lo es», sostiene Llovet

Hoy, el profesorado dedica demasiado tiempo a cursos sobre métodos de aprendizaje y Nuevas Tecnologías. Internet, objeta Llovet, “ofrece una formación indiscriminada, demasiado inmediata y, a menudo, equivocada que en modo alguno puede sustituir la clase del profesor”. Respecto a la tan cacareada “sociedad del conocimiento”, saca a colación a T. S. Eliot: “ ¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido con el conocimiento? ¿Donde está el conocimiento que hemos perdido con la información?” En su “Adéu a la Universitat” se pregunta si esos portátiles que sirven a la juventud para divertirse han de protagonizar el aprendizaje en el aula como ahora se pretende: “Enseñar es lo que te enseña a enseñar y no los cursos del pedagogo de turno”, apostilla.

Hablamos del plan de Bolonia, pero el problema de la educación se viene arrastrando desde los años ochenta: “Felipe González tuvo la oportunidad de hacer una buena ley, pero acabó asesorado por unos pedagogos amigos de su mujer a quienes delegó la estructuración de los planes de estudio” . Formado en los años setenta, Llovet tuvo la oportunidad de viajar a los mejores centros universitarios europeos y norteamericanos. En estos momentos, concluye, “el folklore y la cultura popular gozan de buena salud, pero carecemos de una élite cultural que requiere una ciudadanía intelectualmente soberana. Nuestra sociedad ya no distingue la tontería de lo que no es”.

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