Europa presiona a Portugal para que acepte el rescate que Sócrates rechaza
La UE estudia llevar a cabo la operación con algún tipo de entidad creada expresamente en el país con el aval del Presidente de la República
La Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que empezó ayer en Bruselas estuvo protagonizada por Portugal. Durante todo el día se sucedieron las declaraciones y reuniones bilaterales al máximo nivel para intentar encontrar una solución a la grave crisis por la que atraviesa el país luso, después de que su primer ministro, José Sócrates, presentara su dimisión el miércoles por la noche tras ser rechazado en el Parlamento su cuarto plan de recorte de gasto y aumento de impuestos en aras de mejorar la situación de las cuentas.
Sócrates aseguró a su llegada a la Cumbre que había venido con una única preocupación, que era «defender a Portugal porque alguien tiene que pensar en el país, y también para defender la moneda única y el conjunto del proyecto europeo». Y fue exactamente esto mismo lo que hizo dentro de la reunión, después de mantener una reunión bilateral con la canciller alemana, Angela Merkel, en la que trataron la situación del país aunque sin llegar a nada concluyente.
La posición del Gobierno de Portugal, que está en funciones desde el miércoles por la noche, es que no va a pedir el rescate porque de momento no lo necesita. Desde Lisboa otros miembros también en funciones del Gobierno aseguraron que la situación era difícil pero el rescate aún se podía evitar.
Juncker no lo excluye
Del lado europeo el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, aseguró que no excluía el rescate y que el montante podría rondar los 75.000 millones. Cabe recordar que el Tesoro luso tenía previsto colocar deuda en los mercados por importe de 9.000 millones de aquí al mes de junio.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, aseguró ayer por la mañana que hay que dar tiempo a que la democracia portuguesa resuelva sus problemas, aunque reconoció las dificultades políticas por las que atraviesa su país. Cabe recordar que Barroso fue presidente del PSD, el partido de la oposición portuguesa que ha propiciado toda la crisis al rechazar el nuevo plan de austeridad de Sócrates.
Uno de los problemas técnicos de la situación que se ha creado es que el Gobierno de Sócrates, al estar en funciones, no puede comprometerse a hacer los nuevos recortes que conllevaría aceptar un rescate por parte de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional. Todos estos aspectos estaban anoche siendo discutidos en los márgenes de la Cumbre con la idea de que, si finalmente se pide el rescate, lo pudiera hacer algún tipo de entidad creada expresamente en el país, con el aval del presidente de la República, por ejemplo y que asumiera el compromiso de la puesta en marcha de los planes de ajuste, para sortear las dificultades jurídicas.
Por su parte Pedro Passos-Coelho, jefe de la oposición portuguesa del PSD, aseguró ayer en Bruselas, donde asistió a la Cumbre del Partido Popular Europeo, que confía en que su país pueda evitar tener que pedir un rescate financiero de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas declaraciones, sin embargo, contrastan con la situación de los mercados de deuda de ayer por la mañana, donde los bonos a diez años de ese país estaban a un tipo de interés del 7,9%, lo que supone un diferencial de 477 puntos básicos respecto al bono alemán que se toma como referencia.
Deuda: barrera del 7%
El propio ministro de Economía portugués, Fernando Teixeira dos Santos, ya reconoció hace meses que si el interés que había que pagar por la deuda superaba el 7% el país no tendría más remedio que acudir al Fondo de Estabilización Financiero de la Eurozona, lo que podría darse en breve plazo ahora. Cabe recordar que el Tesoro portugués tiene previsto captar en los mercados 9.000 millones de euros antes de junio.
En medio de todo este rifirrafe la agencia de calificación financiera Fitch rebajó ayer la nota de solvencia a largo plazo de la deuda de Portugal en dos escalones, desde A+ a A-, mientras que el rating emisor a corto plazo pasa a F2 desde F1. Además, la agencia añade que ambas notas están en vigilancia negativa, lo que deja abierta la posibilidad de nuevos recortes.
El Fondo, para junio
Al margen de la crisis de Portugal, los líderes europeos empezaron ayer a discutir los últimos detalles del aumento de la capacidad operativa del Fondo de Estabilización Financiera de la Eurozona, dadas las reticencias de Alemania y Finlandia para hacer nuevas aportaciones por razones electorales, aunque el acuerdo final se prevé para junio tras la últimas dificultades. En todo caso cabe recordar que, pese a que el aumento de la capacidad no se ha acordado aún, el Fondo de Estabilización cuenta aún con dinero pese a los rescates de Grecia y de Irlanda. Mientras tanto la Confederación Europea de Sindicatos (CES) reunió ayer en las calles de Bruselas a 30.000 personas que protestaron por el tsunami de recortes sociales que se están produciendo en Europa en aras de la estabilidad presupuestaria y de mejorar el déficit público.
Las protestas colapsaron durante parte de la mañana la capital belga y acabaron con incidentes por los enfrentamientos entre un grupo de manifestantes del sindicato belga FGTB y la Policía, que respondió a las agresiones con cañones de agua, aunque en general la protesta transcurrió sin incidentes a lo largo de todo el recorrido por la ciudad.
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