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El centro de inteligencia de las FAS agoniza por falta de medios y personal

Vive su etapa más crítica tras el relevo en su cúpula y sus disputas con el Mando de Operaciones

JAIME GARCÍA

PAloma cervilla

La decisión de la ministra de Defensa, Carme Chacón, ratificada por el Consejo de Ministros del pasado día 4, de ascender a teniente general al actual jefe del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (Cifas) , general de división Miguel Romero, y obligarle con ello a abandonar el cargo, abre una nueva etapa en la polémica e irregular trayectoria de este servicio de inteligencia. Desde que fue creado en junio de 2005 por el entonces ministro de Defensa, José Bono, hasta la actualidad, el Cifas ha ido perdiendo cada vez más contenido y con la llegada de Chacón atraviesa su «momento más negro», según han asegurado a ABC fuentes militares.

La salida del ya teniente general Miguel Romero y su relevo por el vicealmirante Juan Antonio Cuadrillero se produce en la peor etapa de este centro, caracterizada por la falta de medios, la ausencia de personal en las zonas de operaciones y el enfrentamiento con el Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa. Este relevo podría coincidir con la intención de la ministra de proceder a la revisión de la estructura del Cifas.

Bono, máximo apogeo

La época de máximo apogeo de este centro coincide con su creación, en 2005, cuando el entonces ministro José Bono quería unificar los servicios de inteligencia de los tres Ejércitos en una sola estructura orgánica. El embrión del Cifas fue la antigua división de Inteligencia del Estado Mayor de la Defensa, con unos 80 miembros, y recibe directrices del director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Con este nuevo centro de inteligencia, Bono pretendía mejorar la coordinación entre la inteligencia civil y militar. Al frente del Cifas colocó Bono a una persona de su total confianza, el general Martínez Valero .

En la práctica, esta unificación de los servicios de inteligencia de Tierra, Armada y Aire no fue tal. Solo Tierra se quedó sin su inteligencia, ya que todos sus analistas pasaron en bloque al Cifas, según apuntan las fuentes consultadas, mientras que la «Armada y Aire se quedaron con su gente y siguieron haciendo la guerra por su cuenta». A pesar de ello, el general Martínez Valero trató de dar contenido al Cifas y hacer frente a las diferentes operaciones militares en el exterior, como eran Afganistán, Congo, Chad y Líbano. Pero fue entonces cuando chocó con el CNI, que se opuso a que la inteligencia militar estuviera en la zona de operaciones, ya que entendían que todo lo relativo a la protección de los militares en estos conflictos es competencia suya.

Una vez que Bono deja el cargo de ministro de Defensa, el general Martínez Valero continúa al frente del Cifas con el nuevo titular de este departamento, José Antonio Alonso. Sin embargo, la llegada de Carme Chacón a Defensa supuso el inicio del declive de la inteligencia militar. Lo primero que hizo fue prescindir del general Martínez Valero en octubre de 2008, a propuesta del nuevo jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Julio Rodríguez, que había sustituido a Félix Sanz Roldán, actual director general del CNI. El cese de Martínez Valero «fue fulminante» y, según las fuentes consultadas, fue consecuencia de sus continuas peticiones de «más personal y material para estar presente en la zona de operaciones y poder asegurar así la seguridad» de las tropas.

«Momento más negro»

El ambiente ya era entonces «malo» en el interior del Cifas y «empieza el momento más negro para lo que representa la trayectoria del centro, pues todo lo que se había conseguido se empieza a desmoronar». Esta situación va a peor con el nombramiento del general Vicente Romero, un hombre de la confianza del Jemad que no estaba vinculado a la inteligencia militar, sino a actividades relacionadas con transporte y personal.

Para las fuentes militares consultadas por ABC, la «situación actual del centro es absolutamente penosa», con vacantes que no se cubren, la moral de lo miembros muy baja y con escaso personal en áreas de especial relevancia como el Líbano, «donde apenas hay tres o cuatro personas». El área de Contrainteligencia y Seguridad tiene pocas posibilidades de estar al corriente de lo que sucede en la zona de operaciones, ya que no pueden desplazarse porque el Mando de Operaciones (MOP) les veta los viajes. Ello ha desembocado en un enfrentamiento entre el Cifas y el MOP, que se traduce en una «merma completa y absoluta de la operatividad del centro». Las fuentes militares apuntan como responsable de esta siutución al general Romero, por no haber «defendido los intereses del centro».

«Guerra completa»

«La guerra entre ambos es completa», dicen fuentes solventes, que aseguran que el Cifas no hay que «reorganizarlo», sino poner al mando a alguien que sepa de inteligencia, ya que subrayan que «el problema fundamental es que desde el Mando de Operaciones se ha pretendido hacer inteligencia olvidándose de su centro de inteligencia. Se ha puesto al frente de las diferentes secciones del centro a especialistas en Estado Mayor, pero no de inteligencia».

Los cambios que se van a llevar a cabo en el centro no han causado sorpresa a nadie, ya que desde hace tres semanas concían movimientos encaminados a cambiar a su máximo responsable y a reorganizar las actividades del mismo.

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