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¿Qué fue de Bibiana Aído?

Que vuelva Bibiana Aído. El estudio sobre el clítoris salió más barato y hasta tuvo cierta gracia

Día 06/03/2011 - 03.13h

Érase una vez, solo unos meses atrás, cuando para subrayar la costumbre de Zapatero de gobernar con ocurrencias, sobre todo ocurrencias que llevaran impresas el sello de ser «progres», recurríamos un día sí y otro también a los anuncios que realizaba la entonces ministra de Igualdad, Bibiana Aído, con la que de vez en cuando competían algunas de sus clones a la hora de proponer tonterías, como por lo general primero María Antonia Trujillo y luego Leire Pajín o incluso de vez en cuando Trinidad Jiménez.

¡Qué tiempos tan felices para Zapatero! Después de todo, se trataba de deslices cometidos por titulares de ministerios «marías», de segunda, que ponían en bandeja el contraataque acusando de machismo a quienes criticaban a estas mujeres ascendidas hasta donde jamás pudieron soñar gracias al sistema de cuotas. Ahora, sin embargo, las tonterías del Gobierno son mucho más caras, más gordas y, lo que excluye por completo la tesis del machismo, protagonizadas por los hombres que constituyen el núcleo duro del poder del Ejecutivo: Rubalcaba, Blanco y Sebastián.

Parece mentira que un señor tan listo como Rubalcaba haya parido la propuesta de colocar pegatinas sobre las señales de tráfico para reducir la velocidad en las autovías. Si, como muchos creen, lo ha hecho para que nos olvidemos del Caso Faisán, más le vale que no llueva mucho esta primavera; como empiecen a despegarse, con los carteles de 110 morirán definitivamente todas sus ambiciones. Con respecto a José Blanco, solo su interés por mostrarse tan rápido como Rubalcaba para atajar la supuesta crisis energética puede justificar el que se le ocurriera de la noche a la mañana cambiar las bombillas de todas las carreteras de este país sin pararse a echar cuentas sobre su posible coste.

Lo de Sebastián, sin embargo, es facilísimo de explicar: al ministro que se gastó 2.000 millones en enviarnos bombillas por correo y quiso combatir los excesos del aire acondicionado prohibiendo la corbata le das pie para seguir pariendo ideas semejantes y ahí le tienes, en la sala de prensa de La Moncloa hablando de carriles bici y calderas de biomasa (para no iniciados: creación de calor quemando huesos de aceituna).

Lo dicho: Que vuelva Bibiana Aído. El estudio sobre el clítoris salió más barato y hasta tuvo cierta gracia.

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