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Asesinado el único ministro cristiano de Pakistán

Shahbaz Bhatti, que fue acribillado en Islamabad, se oponía a las leyes antiblasfemia y defendía a la condenada a muerte Asia Bibi

JAIME LEÓN

A pesar de cinco fatuas pidiendo su muerte y amenazas telefónicas de decapitación, Shahbaz Bhatti, el ministro de Minorías de Pakistán, renunció a callar. Su oposición a la ley de la Blasfemia y su defensa de Asia Bibi, la cristiana sentenciada a muerte por un supuesto insulto a Mahoma, le convertían en objetivo prioritario de los islamistas. « La ley de la Blasfemia es una herramienta de violencia contra las minorías, especialmente contra los cristianos», explicó Bhatti a ABC recientemente. Los radicales cumplieron sus amenazas. Tres asaltantes acribillaron ayer al primer y único cristiano del Gobierno pakistaní.

«Me puede costar la vida, pero seguiré trabajando para modificar una ley que se usa para saldar asuntos personales. Ni siquiera tengo seguridad», afirmó el ministro, de religión católica . El vehículo en el que viajaba Bhatti junto con su sobrina carecía de seguridad, al igual que su vivienda. Cerca de casa de sus padres fue detenido por tres hombres. Uno de los asaltantes sacó del coche a la sobrina y al chófer y los otros dos descargaron sus kalashnikovs contra el vehículo. Bhatti recibió ocho balazos y llegó al hospital sin vida. Sus asaltantes escaparon.

En la escena se han encontrado panfletos firmados por al-Qaeda y Tehrik-i-Taliban de Pakistán que denuncian al Gobierno por contar con «un cristiano infiel». Un portavoz de Tehrik-i-Taliban ha reclamado la autoría del asesinato y ha advertido que «continuaremos atacando a aquellos que se opongan a la ley que castiga a los que insultan al profeta».

Bhatti no es la única persona que ha pagado con su vida su oposición a una ley criticada por grupos de derechos humanos. Dos de las tres voces del Gobierno opuestas a la blasfemia han sido asesinadas . En enero el gobernador del Punjab, Salman Taseer, fue acribillado por uno de sus guardaespaldas. El hombre que disparó 27 balazos a una de las voces más liberales del país asiático recibió pétalos de rosa y fue jaleado por abogados —considerados uno de los bastiones liberales— a su llegada a los tribunales.

La dictadura del miedo

Sherry Rehman, ex ministra de Comunicación que presentó una moción para modificar la ley, vive en semirreclusión en Karachi. Recibe amenazas de muerte cada media hora.

El presidente, Asif Ali Zardari, y el primer ministro, Yusuf Raza Gilani, condenaron el asesinato de Taseer, al igual que ayer el de Bhatti, pero no acudieron a su funeral y han reiterado que no se modificará la ley, una medida impopular que debilitaría aún más a un ya impopular Gobierno.

La Ley que establece la pena de muerte para aquellos que insulten al Profeta o el Corán fue impuesta por el dictador militar Mohammad Zia ul-Haq en 1986. Desde entonces alrededor de 1.000 personas han sido acusadas de blasfemas. A pesar de que nadie ha sido ejecutado por ello, más de 30 acusados han sido linchados por muchedumbres. La sentencia a muerte de Asia Bibi el pasado noviembre ha abierto el debate sobre la ley y polarizado la sociedad pakistaní.

Más de 40.000 personas se manifestaron en Karachi en febrero a favor de la ley de la Blasfemia. Mientras los radicales salen a la calle, los liberales guardan un prudente silencio. « Hay más moderados que integrales, pero callan por miedo . El asesinato de mi padre fue un aviso», afirma a ABC Shehrbano Taseer, hija del difunto Gobernador del Punjab.

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