Dior fulmina a Galliano en plena Semana de la Moda de París
Las continuadas declaraciones racistas del diseñador acabancon la paciencia de la histórica casa, que leha despedido
Las nubes tóxicas de varios escándalos envenenados por el racismo, la apología de Hitler, la embriaguez escandalosa y exhibicionista, un conflicto laboral sin precedentes y viejos familiares nazis, están precipitando una tormenta de culebrones sobre Christian Dior, cuando comienza la Semana de la Moda de París. En pocos días (el viernes), el desfile de la casa tendrá que celebrarse en ausencia de su creador, John Galliano, que está en el centro del huracán.
Siguiendo las instrucciones personales del hombre más rico de Francia y accionista de referencia de Dior, Bernard Arnault, a través de su grupo, LVMH, la dirección de recursos humanos de la famosa casa de alta costura ha iniciado un «procedimiento de despido» contra John Galliano , tras la difusión en la página web del diario sensacionalista «The Sun» de un vídeo escandaloso, en el que el modista, borracho, dice a una interlocutora que lo está provocando: «Amo a Hitler. Gentes como usted y sus antepasados debieran estar gaseados». La señora que está provocando a Galliano, con risa sofocada, afirma: «Parece que tiene usted algún problema». El modista agrega: «Sí. Con usted. Es muy fea».
Ese vídeo, grabado sin advertir a Galliano, filmándolo cuando estaba borracho, ha caído como una bomba entre los accionistas de Christian Dior, que lo contrataron en 1996 para relanzar la imagen de una histórica casa de la alta costura, y el viernes pasado intentaron evitar la ruptura con el modista, dejando su puesto «en suspenso» , hasta que se aclarase una investigación policial, en curso, tras una escena semejante, en otro bar de París.
Galliano y una pareja han sido careados, para intentar esclarecer la realidad de las acusaciones que pesan sobre el modisto: haber pronunciado frases racistas contra una joven asiática y su novio, de este tipo: «Jodida puta asiática». Según las primeras filtraciones policiales, ningún testigo habría confirmado las frases que se prestan a Galliano . La investigación sigue su imprevisible curso.
Tras haber anunciado que se tomaría una decisión tras conocer las conclusiones policiales, la dirección de Dior ha decidido acelerar un procedimiento de despido contra Galliano, que, previsiblemente, contestará las razones de sus patrones y exigirá, como mínimo, millonarias indemnizaciones.
Galliano podrá recurrir, querellarse e intentar defenderse, pero la sucesión de escándalos ha sido catastrófica, para su carrera y la casa de alta costura, en el momento álgido de la temporada, a la espera de una investigación policial que, en el mejor de los casos, está llamada a desenterrar y aventar las suciedades más escandalosas, como ha empezado a ocurrir.
La dirección de Dior intenta justificar su procedimiento de despido cuando la última colección de John Galliano debe presentarse el próximo viernes. Se presentará sin la presencia del modist, cuando el escándalo seguirá su imprevisible curso, ya que la policía sigue interrogando a testigos de la disoluta vida nocturna de Galliano y siguen produciéndose revelaciones de todo tipo.
La sombra nazi, otra vez
La dirección de Christian Dior afirma que la casa de alta costura «no podía soportar» el carácter «particularmente odioso» de las afirmaciones de Galliano en el vídeo en el que afirma, borracho, «amar a Hitler», ya que tales declaraciones «están en contra de todos los valores que ha defendido nuestra casa...» Sin embargo, los archivos recuerdan que no es la primera vez que Hitler y el nazismo dejan caer sobre Dior una tormenta envenenada.
En 1962, en uno de los momentos álgidos de la historia de la célebre casa de alta costura, una sobrina del patriarca fundador, Christian Dior, la joven Marie Françoise Suzanne Dior , decidió marcharse a Londres para afiliarse al movimiento neonazi inglés y contraer matrimonio con uno de sus dirigentes. La joven Dior anunció su matrimonio, feliz, declarando: «Aspiro a traer al mundo, pronto, un pequeño nazi».
El caso Guerlain
Hay otras pesadillas más recientes, igualmente empañadas por nubarrones racistas y xenófobos. El mes de octubre pasado, el perfumista Jean-Paul Guerlain , que también trabaja para el grupo LVMH, creyó hacer una «gracia» cuando declaraba: «Por una vez, me he puesto a trabajar como un negro. No tengo claro que los negros hayan trabajando nunca tanto como yo, pero bueno...». La gracieta precipitó una tormenta de reacciones. La casa Guerlain y el grupo LVMH tardaron tres largos días antes de considerar «inadmisible» el «chiste» de una de sus estrellas, tras un interminable rosario de manifestaciones de protesta de organizaciones de franceses de raza negra, que armaban un ruidoso lío a la puerta de la gran «boutique» de los Campos Elíseos. El caso John Galliano tiene un alcance muchísimo más grave que los casos de Guerlain y la sobrina de Dior. Y parece llamado a marchar con un podrido jalón la historia del lujo y la alta costura de nuestro tiempo.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete