Trapsa renuncia al contrato de los autobuses tras 34 años

Los problemas económicos del grupo de empresas de Gerardo Díaz Ferrán, ex presidente nacional de la Ceoe, han acabado con la relación contractual que la firma Trapsa tenía con el Ayuntamiento de Guadalajara desde hace exactamente 34 años.

El Ayuntamiento confirmó ayer en nota de prensa que la compañía -que ganó el primer concurso del servicio urbano de transportes en plena Transición democrática (1977), y que desde entonces ha venido renovando sus victorias en los concursos- ha decidido renunciar a seguir prestando el servicio.

Trapsa es la única empresa que ha gestionado hasta la fecha este servicio en la capital, dado que antes de 1977 no existía un servicio regular como el que conocemos. «Cuando decidimos poner el servicio dudamos entre comprar unos autobuses usados que nos vendían de Barcelona o hacer el concurso para externalizar el servicio. Yo creo que acertamos, porque en este tiempo han dado un servicio excelente», declaraba ayer a ABC Agustín de Grandes, presidente de la ceoe provincial y alcalde de la capital en el periodo predemocrático.

En los últimos meses se acumulaban los problemas de impagos con la plantilla y retrasos con las nóminas. Ahora, los derechos y las obligaciones del servicio serán traspasados a la empresa Aulusa, que lleva los autobuses en otras dos ciudades de un tamaño similar, Lugo y Santiago de Compostela. El Ayuntamiento de la capital ha requerido, según establece el Pliego, que la firma que llega tenga una experiencia contrastada de al menos cinco años, algo que cumple la mercantil gallega.

Ante esta situación, el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, ha convocado un Pleno extraordinario y monográfico para el próximo lunes 28, en el que se aprobará la cesión de los derechos desde Trapsa a Aulusa. El Ayuntamiento asegura que este cambio no tiene por qué afectar al funcionamiento del servicio, ni tampoco a los empleados, a los que la empresa deberá subrogar.

Se da la circunstancia de que Aulusa gestionará el servicio durante poco más de un año, ya que a mediados de 2012 expira el actual contrato, y los autobuses tendrán que salir de nuevo a concurso. La intención del consistorio es aprovechar este momento para realizar una nueva transformación, ahora ya más radical, de las líneas y el modelo de transporte urbano, después de que la reforma introducida hace un par de años para dar servicio a los nuevos desarrollos no haya cosechado todos los resultados esperados.