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Columnas / segunda lectura

Bye, bye cajas

El modelo de cajas de ahorros tiene fecha de caducidad, una fecha demasiado distante pero esperemos que definitiva

Día 20/02/2011 - 02.59h

Bye, bye cajas

Ha costado demasiado tiempo y demasiado sufrimiento, pero el Gobierno finalmente se ha decidido a afrontar el riesgo idiosincrásito del sistema financiero español. El modelo de cajas de ahorros tiene fecha de caducidad, una fecha demasiado distante pero esperemos que definitiva. Ha sido necesario que el país estuviera al borde de la quiebra varias veces para imponer la disciplina del sentido común, pero se ha hecho y hay que felicitarse por ello. Multitud de pequeños detalles habrán de ser aclarados convenientemente. Echo en falta un límite máximo al porcentaje de capital que las cajas actuales podrán tener del banco instrumental así como un calendario tasado de desinversiones. Pero sinceramente, ni yo ni nadie esperaba hace unos meses que fueran tan lejos. Solo nos queda confiar en que en la ejecución del proceso se mantenga la misma determinación y no se inventen definiciones técnicas convenientemente masajeadas de conceptos imprecisos como capital principal o financiación mayorista. Hay tres riesgos a evitar: que se creen bancos de desarrollo regional mediante la emisión de acciones patrióticas que se colocarían a través de la red, ya hemos visto el poder comercial de las sucursales; que los actuales gestores se perpetúen mediante pactos espurios con accionistas cuidadosamente elegidos; y que las autonomías mantengan el control político de la entidad (caja de ahorros, fundación o lo que sea) propietaria del banco en el que se coloca la actividad financiera

El cartero siempre llama dos veces

Ruiz-Mateos ha vuelto a tropezar en la misma piedra, una estrategia de crecimiento sin límite que le ha llevado a un endeudamiento insoportable. Y con él, unos cinco mil inversores que habían confiado en su pagarés de empresa. Nueva Rumasa fue capaz de levantar 170 millones de euros, a pesar de las insistentes alertas de la CNMV de que estos títulos eran en esencia un crédito personal a la familia Ruiz Mateos. Títulos que prometían intereses de hasta el 8% y que resultaron irresistiblemente atractivos para algunos espabilados. Lo siento, no me dan ninguna pena. Nadie puede pretender a estas alturas desconocer el binomio riesgo rentabilidad. No desde luego en este episodio de soberbia y codicia en el que las autoridades supervisoras han cumplido con su papel. Porque no es responsabilidad de los organismos reguladores evitar que los inversores asuman riesgos, solo de asegurarse que los riesgos son conocidos y tomados libremente. Y así ha sido en este caso. Pueden perder su inversión. Solo podrán culparse a sí mismos.

Borders o la suspensión de pagos del libro

A muchos de ustedes quizás no les diga nada, pero yo tengo el corazón «partío». Borders una cadena de librerías mítica en Estados Unidos donde solía ir a leer gratis los periódicos españoles mientras me tomaba un café en su Starbucks interno, se ha declarado en suspensión de pagos. Ya tenía dificultades serias tras el auge de la venta por internet y la aparición de Amazon, pero ha sido incapaz de sobrevivir al libro electrónico. Con ella se va un modelo de negocio y lo siento sinceramente. Pero eso no me mueve a solicitar una subvención pública para que no desaparezca una parte de mi cultura. Quizás por eso no soy conservacionista, perdón quise decir progresista. Adaptarse o morir, esa es la cuestión que Alex de La Iglesia recogió magistralmente en su discurso de dimisión. Con Borders no desaparece la lectura, ni el libro, ni el cine. Solo un modelo de negocio que responde ya a otros tiempos y otras tecnologías.

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