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Europa se blinda y duplica el nuevo Fondo de Rescate hasta 500.000 millones

Alemania cede después de que la UE comience a negociar el Plan de Competitividad propuesto por Merkel

MARIBEL NÚÑEZ

MARIBEL NÚÑEZ

Los ministros de Economía de la Eurozona decidieron ayer que el Fondo Europeo de Estabilidad de la Eurozona permanente, que entrará en funcionamiento a mediados de 2013, tendrá una dotación de 500.000 millones de euros, o lo que es lo mismo, doblará los 250.000 reales con que cuenta ahora el actual Fondo de Estabilización Financiera de la Eurozona.

Con esta decisión, que no estaba en principio prevista y adoptada a última hora de la noche, Europa lanza un mensaje claro a los mercados en el sentido de que no sólo ha decidido defender a todos los países del euro que han pasado por dificultades este año, sino que continuará haciéndolo en el futuro, concretamenete a partir de 2013, cuando expire el Fondo actual que se creó a raíz de la grave crisis de la Eurozona de mayo del año pasado.

Además Europa prevé que el Fondo Monetario Internacional (FMI) también participe en este futuro Fondo y, como suele ser habitual, desembolsará 50 céntimos por cada euro que pongan los europeos en él, lo que dará como resultado alrededor de 250.000 millones de euros más que se sumarían a los 500.000.

En esta misma línea de sacar toda la artillería para reforzar la Eurozona los ministros de Economía empezaron a negociar también ayer el aumento de la capacidad real de préstamo del actual Fondo de Rescate de la Eurozona hasta los 440.000 millones que tiene ahora de manera nominal.

Y, en la misma línea de cambios, entre las ideas que se manejaron ayer figuró la de que el Fondo pueda hacer el papel que representa ahora en el Banco Central Europeo (BCE) en cuanto a compra de bonos de los países de la Eurozona con más dificultades para financiarse en los mercados o les conceda préstamos, al igual que hace ahora el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Todas estas decisiones obedecen, según explicó anoche el Presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, al hecho de que «la situación en los mercados de deuda sigue siendo preocupante». En la misma línea el titular luxemburgués de Economía, Luc Frieden, responsabilizó directamente del aumento de los tipos de interés de la deuda en algunos países a la tardanza en la adopción de acuerdos en el ámbito europeo. De hecho los bonos a 10 años de Portugal cerraron ayer a un tipo de interés del 7,3%, frente al 7,1% del viernes y al histórico 7,6% del pasado jueves.

Pacto de Competitividad

Todas estas novedades, sobre todo la relativa al montante del Fondo de 2013, han sido posibles porque ha empezado la negociación del Pacto de Competitividad «propuesto» por Alemania. Ésta era la condición impuesta por la canciller Angela Merkel a cambio de dar su apoyo a un aumento de la cuantía operativa del Fondo de Estabilización Financiero de la Eurozona.

Y la tarea no es baladí ya que el mencionado Pacto es una especie de cajón de sastre en el que hay desde la armonización de la base del impuesto de sociedades a nivel europeo, el aumento de la edad de jubilación para hacer frente al desafío demográfico y a la caída de la actividad, el establecimiento de reglas más estrictas en materia de disciplina fiscal, pruebas de estrés más rígidas para la banca o una profundización en las reformas estructurales pendientes, entre otras.

Con este «menú» sobre la mesa los ministros se limitaron a ir dando sus opiniones, de lo más diversas como no podía ser de otra manera, sobre cada uno de los puntos con el ánimo de que, una vez que cada delegación establezca sus «líneas rojas», comience la verdadera negociación que pueda dar lugar a un acuerdo que rubriquen los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE en las dos cumbres que tienen previstas para el mes de marzo.

En todo caso, y para aviso de navegantes, Juncker ya advirtió anoche que «no hay acuerdo sobre nada mientras no haya acuerdo sobre todo».

Salgado pide flexibilidad

En clave española la ministra de Economía, Elena Salgado, aseguró a la entrada de la reunión en relación con la propuesta alemana de vincular los salarios a la productividad en lugar de a la inflación, que la posición de su Gobierno es que se opte por una fórmula de flexibilidad en el sentido de que «dentro de cada empresa haya libertad para que los salarios se adapten a cada situación concreta».

Esta posición es defendida también abiertamente por Luxemburgo, cuyos representantes no encuentran la relación entre la desveinculación de los salarios de la inflación y más productividad.

En este contexto el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, explicó ayer que «es necesario que haya un paquete de reforma global con referencias a la Eurozona, al euro, a la estabilidad, a la competitividad y a la convergencia».

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