El Congreso cambiará al euskera el nombre de los tres territorios vascos
Mañana iniciará el trámite para que la nomenclatura oficial en toda España sea Bizkaia, Gipuzkoa y Álava-Araba, fruto del pacto PSOE-PNV
El Congreso de los Diputados dará mañana el primer paso para cambiar la nomenclatura de los tres territorios vascos y adoptar la grafía en euskera, asumiendo los acuerdos aprobados a mediados de los ochenta por las respectivas Juntas Generales. La Cámara baja tomará en consideración una proposición del PNV para que, a partir de su ratificación definitiva -en unos meses-, Vizcaya, Guipúzcoa y Álava pasen a denominarse de manera oficial Bizkaia, Gipuzkoa y Araba-Álava. La iniciativa jeltzale saldrá adelante con el apoyo del PSOE, dado que esta modificación fue una de las condiciones que impuso el partido de Iñigo Urkullu para sacar adelante los Presupuestos de José Luis Rodríguez Zapatero.
A mediados de los ochenta, los tres parlamentos forales aprobaron otras tantas iniciativas para emplear únicamente los nombres en euskera, salvo en el caso alavés, donde se mantienen los dos. Para los nacionalistas, estas resoluciones son las que tienen mayor valor jurídico bajo el argumento de que son la instituciones forales las competentes para fijar los topónimos. A partir de ese momento, por ejemplo, la Diputación vizcaína cataloga sus boletines bajo el epígrafe 'Administración Foral del Territorio Histórico de Bizkaia'. Sin embargo, aquel cambio tuvo un alcance limitado, ya que el único organismo capacitado para fijar los nombres oficiales de una provincia en el conjunto de España es el Congreso.
Se da una dualidad que ya no existe en Cataluña y Galicia
Esto ha provocado una dualidad: mientras las administraciones vascas hablan de Bizkaia, las del resto del Estado escriben Vizcaya. No sucede así con Cataluña y Galicia. En el primero de los casos, Gerona y Lérida ya fueron «catalanizados» -Girona y Lleida- en 1992. En 1998, pasó lo mismo con La Coruña -A Coruña- y Orense -Ourense-.
Se trata de un debate que ha llegado en varias ocasiones al Congreso. Sin embargo, nunca ha salido adelante por el rechazo del PSOE y del PP. Pero el escenario ha cambiado. A finales del año pasado, el PNV aprobó los Presupuestos para 2011 de Zapatero y le salvó la legislatura a cambio de un paquete de transferencias, inversiones para Euskadi y otras cuestiones. Entre ellas, que los diputados socialistas aprobasen el cambio de nomenclatura.
Así será. Incluidos los nueve representantes del PSE, que vuelven a encontrarse en un situación incómoda. No tanto por el fondo de la cuestión, sino por cómo se produce. La conversión a la grafía vasca no encuentra mayor rechazo en las filas de los socialistas vascos. «No nos genera demasiados conflictos», apunta Eduardo Madina. El problema, una vez más, es que su voto no se va a producir por una reflexión interna, sino condicionado por la necesidad de Zapatero.
Los acuerdos de las Juntas
Con estos antecedentes, la propuesta que presentará mañana el PNV saldrá adelante con toda seguridad al sumar sus 6 diputados a los 169 del PSOE. Los jeltzales dan por hecho el respaldo de, al menos, CiU y BNG. Los populares votarán en contra. El presidente de la formación en Álava, Alfonso Alonso, considera que los peneuvistas intentan imponer «un modelo nacionalista».
La moción del PNV a que se acepten las normas establecidas por las Juntas Generales. Mañana será la toma en consideración. Los socialistas creen que la tramitación será «rápida». En todo caso, unos meses. Entonces Vizcaya dejará de ser un nombre oficial.
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