Ángel Expósito: «Tenemos los mejores tertulianos de España»
Ángel Expósito dirige la nueva etapa de «La 10 noticias», noventa minutos diarios de información y opinión en los que le acompaña la joven presentadora Patricia Mahamud
1 + 1 = 10. No cuadra con las cuentas de la vieja, pero sí en la forma más nueva de contar la actualidad, la que cada noche llevan a los hogares de toda España a través de La 10 Ángel Expósito y Patricia Mahamud. Él, ex director de ABC, periodista 100%, formalismos los justos, las cosas como son, y de Cuatro Caminos, Madrid. Ella, de Sevilla y 28 años de vida que casi parecen de oficio por su aplomo y entente con la cámara. La suma de ambos profesionales, emulsión de experiencia y juventud, arroja como producto «La 10 noticias», que también es en sí mismo la suma de información más opinión con otro resultado inédito: un moderno formato de televisión riguroso y ameno, independiente y plural, que, de lunes a viernes, a las 20.20 horas y durante noventa minutos, repasa las claves de la jornada y que, recién estrenado, no deja de sumar audiencia. O de multiplicarla por La 10.
— Se llama «La 10 noticias», pero no es un informativo al uso.
—Ángel Expósito: «La 10 noticias» es un intento de llevar a televisión lo que ya se hace en el resto de soportes del periodismo: mezclar información y opinión. Estamos acostumbrados a ver un informativo y una tertulia en cualquier cadena, pero no juntos. Esa es la nueva apuesta de La 10.
—Tal vez la mayor competencia a la que se enfrentan las nuevas cadenas sea la rutina, la costumbre de informarse a través de determinado canal. ¿Cómo convencería a los espectadores para que cambien y descubran la novedosa forma de dar las noticias de La 10?
—A.E.: Creo que estamos ofreciendo el mejor producto que existe: información de calidad, posicionamiento editorial, tertulias que mezclan pluralidad, educación, rigor, con altísima calidad de los tertulianos. En «La 10 noticias» tenemos el mejor nivel de tertulianos de la opinión española, mucho mejor que la competencia.
—Patricia Mahamud: Añadiría a lo que cuenta el director que los espectadores van a encontrar un tono, una forma de llevar las riendas del programa, que no existe en ningún otro canal. Familiaridad, desenfado.
—¿Ese tono es el que da audiencia?
—A.E.: Si lo que vende es el grito, el ladrido, el insulto casi violento… que fichen a otro para hacer eso. Quiero pensar que existe una inmensa mayoría de la sociedad española que busca información, que no se crispa por oír opiniones distintas a la suya, que respeta al oponente ideológico. Es educada, culta, en muchas ocasiones sabe muchísimo más que los periodistas. ¿Vamos a dirigirnos al crispado, al que insulta? ¿Vamos a trasladar la televisión basura del corazón a las tertulias políticas? Hay que buscar un puntito de show, de alegría y discusión, sí, pero con un límite fundamental que es la educación.
—P.M: Hay gente que puede ennoblecer la televisión y muchos están en La 10.
—A.E.: La clave en una tertulia está en el nivel de formación e información de los contertulios. Ignacio Camacho, José María Carrascal, Raúl del Pozo, Fernando Fernández, Bieito Rubido, José Antonio Navas… son los número uno cada uno en su medio. Se distingue rapidísimamente el tertuliano informado del que no lo está.
—P.M.: La gente necesita un espacio donde reine la moderación, un cortafuegos natural a esa banalización. Los espectadores que nos vean se quedarán porque lo que hacemos es de verdad.
—Su intención es salir a la calle a tomar el pulso de la sociedad. A veces parece que los periodistas trabajan más para los políticos que para los ciudadanos…
—A.E.: En líneas generales, y hago autocrítica, políticos y periodistas nos retroalimentamos. Hacemos información mirando demasiado a los políticos, y los políticos hacen sus discursos y comparecencias parlamentarias pensando cómo va a salir en los medios, no en los ciudadanos. Y eso es un círculo vicioso. Es un pecado y tenemos que mejorarlo.
—¿Cómo?
—A.E: Intentando humanizar más la información, yendo a otros temas.
—¿Es verdad que a los jóvenes no les interesa la política?
—P.M.: Creo que está habiendo una vuelta de los jóvenes a la política porque les está tocando en su hipoteca, en independizarse, tener un hijo… No encuentran soluciones en la política.
—A.E.: La política sigue interesando más o menos lo mismo, con la diferencia de que los jóvenes hoy tienen muchísimos más medios para acceder a la información. Otra cosa es que sepamos dársela como la quieren.
—¿Cree que los jóvenes utilizan el iPhone para informarse?
—A.E.: Sí, a medida que van creciendo, más. Un chaval de 16 años no lo usa. Pero un tío de 25, sí. Seguro.
—¿Qué siente cuando ha de informar de que Rajoy ha llamado «bobo solemne» a Zapatero? ¿O que el presidente dice que Mariano es un «perdedor nato»?
—P.M.: Me siento un poco parte de un engranaje, que cumplo el objetivo que ellos quieren. Es una banalización de la cosa pública. Siento una mezcla de vergüenza y de diversión, un poco de malicia también.
—A.E.: Por discrepar… Conociendo mucho personalmente desde hace muchos años a los que has mencionado, yo me lo tomo a pitorreo. Es todo una farsa. Forma parte de la búsqueda de titulares, de minutos de gloria en el informativo. Los políticos se llevan mucho mejor de lo que parece, como es evidente que ocurre entre Zapatero y Rajoy. Yo me lo tomo como parte del show y del teatro. Es falso.
—P.M.: Recuerdo que cuando de estudiante me llevaron al Congreso me sorprendió muchísimo cómo Rubalcaba y Zaplana se daban palmaditas en la espalda. Un compadreo…
—Patricia, ¿qué está aprendiendo de Ángel?
—P.M.: Que no se asusta, que no se pone nervioso delante de la cámara.Y que tiene madera de líder.
—Es cierto que se le ve muy seguro…
—A.E.: El miedo al micro me lo quita el haber trabajado en la radio. Lo que impone más es saber lo importante que es para tu empresa el trabajo que estás haciendo.
—¿Y usted, Ángel, qué está aprendiendo de Patricia?
—A.E: Patricia no parece que tenga 28 años. La cámara la quiere. Ella llena la pantalla. A lo mejor los demás lo suplimos con experiencia, porque que te quiera la cámara no se aprende.
—¿A quién le gustaría entrevistar?
—P.M.: Rubalcaba, me encantaría…
-A.E.: Pues no es para tanto… A lo mejor los que le conocemos desde hace años lo tenemos más desmitificado. Es un político de primerísima, pero de menor talla que González o Aznar. Es evidente que está a años luz del presidente del Gobierno, pero a un periodista que le conociera de nuevas le decepcionaría. Me parece muy previsible y está en el ocaso de su carrera. Lo interesante es coger a un político cuando está de lanzadera. El que de verdad tiene todo el interés es Feijoo.
—P.M: Me gustaría también entrevistar a (Rodrigo) Rato, por su dimensión internacional. Y a Ana Palacio; no se le hace justicia en España.
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