El general en su laberinto
El 24 de febrero se cumplen 65 años de la primera victoria electoral del mandatario argentino

Fue uno de los personajes más poderosos de la historia de la Argentina del siglo XX, y su único ciudadano elegido en las urnas por tres veces como presidente, entre 1946 y 1973. Un largo camino el que recorrió el General Juan Domingo Perón, desde que empezara a marcar el paso de la política del país con el golpe de Estado de 1930 hasta el multitudinario homenaje que miles de sus compatriotas le tributaron tras morir el 1 de julio de 1974, a los 79 años.
Fue un político tan amado como odiado, una manu (militari) de hierro, un mandatario de bota férrea. Supo granjearse el apoyo sindical y proyectar numerosas reformas sociales lo que no le impidió meter en vereda (y en prisión) a la oposición socialista y comunista. Para muchos, el Partido Justicialista que fundara no fue sino un remedo a la argentina del nazismo alemán, un partido y una ideología, el peronismo que, con el tiempo, pura, terrible y sangrienta contradicción, llegó a albergar en su seno a fuerzas de la extrema derecha y de la extrema izquierda radical como los montoneros.
Perón tuvo una sombra alargada y resplandeciente, una mujer que encandilaba desde las tribunas y las ondas radiofónicas, Evita, aquella actriz y cantante con la que el general se casó en 1945, aquella muchacha que se ganó el corazón de medio mundo. Luego, llegaría Isabelita, cantante de cabaret que nunca pudo emular a Eva. En noviembre de 1951, Perón alcanzó de nuevo el poder en las urnas. Apenas cuatro años más tarde, el ruido de sables se hacía insoportable y general era derrocado por otro golpe de Estado. Exiliado, acabó instalándose en la lujosa urbanización madrileña de Puerta de Hierro durante años.
Consiguió volver a la Patria y ser reelegido el 23 de septiembre de 1973. Sin embargo, moría diez meses después y el poder era ocupado por Isabelita. El 24 de marzo de 1976, una nueva asonada acababa con María Estela y el apellido Perón. El general Videla se hacía con el poder. Argentina entraba en su noche más oscura, se precipitaba por su más terrorífico abismo.
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