Alrededor de 300 millones de hombres, como los dos de la foto, son el auténtico milagro de China. Por una media de 150 euros al mes, esta gente trabaja durante todo un año para descansar un par de semanas en su ciudad natal, con motivo del Año Nuevo que acaba de llegar.
Procedentes del interior, desde provincias como Henan, Sichuan o Jiangxi, esta millonada de almas campesinas construye rascacielos y fortunas para el sistema en Pekín, Shanghai o en áreas industriales como Guandong o Zheijiang. Se les conoce como los «mingong».
¿Podrá ver la crisis desde ahí arriba un «mingong» cualquiera? Menos mal que luego viene a España el viceprimer ministro chino —otro mister Marshall— y nos felicita por las reformas puestas en marcha.