Calendario zaragozano

EL llamado calendario zaragozano era muy utilizado cuando aún había agricultura en España. Daba cuenta de toda clase de calamidades naturales: pedriscos, tormentas, pertinaces sequías, fases de la luna así como también programas del bien ganado solaz lugareño con fiestas y festejos locales.

Pero no hablaba de las otras calamidades ni de sus propios festejos ni fazañas. Si el domingo anterior se celebraba al sur de Despeñaperros un vistoso festejo donde era oportunamente jaleado nuestro líder opositor por antonomasia, que ganó las oposiciones a Registrador y se rumorea que quiere presentarse con virtuoso ánimo funcionarial a las oposiciones a Notarías, este último fin de semana tocaba lucimiento de la comparsa socialista en torno a su gran timonel del Pisuerga. Junto al Ebro no se sabe si se celebraba un bautizo o un funeral. Porque la secta socialista está en un grito. Ni cenamos ni se muere padre. Y es que el padre, pese a tanta loa necrológica no quiere morirse, por mor del goce y disfrute del presupuesto remanente para todos y todas. Y de ahí que suelte tarascadas, en querencia, bien aculado en tablas.

En las hojas del calendario también se contaban apólogos para leer a la luz del brasero o la chimenea. Se hablaba de la pía leyenda del virtuoso buey Apis que la casta sacerdotal egipcia quería sacrificar con malas mañas de trapacería premeditada y bien entrenada. Las conjuras de viejos y taimados sacerdotes contra los anhelos y ambiciones de vestales del monte Carmel. Con un ojo puesto en las turbas de Tunicia y otro en el oro del templo de Amón. O el escrito en inglés por un polaco, luego llevado al cine, que cuenta la historia de un tipo enloquecido al que tenían que liquidar sus comilitones.

A falta de verbo, batallas por el botín. La lucha entre los socialistas hinchas del Santander contra los forofos de la Caixa. Se acerca otra desamortización en ciernes, quizás la última oportunidad de arrebañar entre el pilla-pilla de lo poco que va quedando. Hace un siglo los braceros aguardaban en la amanecida de las irredentas plazas de Andalucía a la espera que el manijero del señorito les eligiese para ganarse el jornal. Ahora es la rotunda Merkel quien viene a llevarse a lo más florido de nuestros talentos,superviviente de las añagazas del botellón y del edredoning, harta del robo de su futuro perpetrado por la impune partitocracia hispana.

Ese patio de Monipodio con nuevas tecnologías donde chapotea la quiebra institucional y la indigencia moral y económica del contubernio de corchetes, juristas, usureros y desvirga noticias. La samsonite apta en cabina sustituye a la maleta de cartón. Pero nuestros talentos no van a Alemania como entonces para estudiar con becas de la regeneracionista Junta para la Ampliación de Estudios sino que acaso nunca volverán.