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La Real protege a su verdugo

El club calla ante el apoyo de ocho de sus futbolistas a los presos, pese a que el padre del presidente fue víctima de ETA

epa

ITZIAR REYERO

El 29 de junio de 1989 ETA asesinó en San Sebastián a Gregorio Caño García , chófer de un conocido industrial donostiarra, Joaquín Aperribay , objetivo inicial de la banda. El conductor le salvó involuntariamente la vida a su jefe cuando sorprendió al pistolero que pretendía secuestrarle. Aperribay, directivo de la Real Sociedad, tuvo que abandonar el País Vasco precipitadamente junto a su familia. En septiembre de ese mismo año, durante una visita fugaz a su casa, recibió un paquete bomba. Era el segundo intento frustrado de atentado contra el empresario, padre del actual presidente del club, Jokin Aperribay .

La familia realista y el conjunto de la sociedad vasca se han visto demasiadas veces golpeadas por el terrorismo, sin que la entidad «txuri urdin», institución máxima del fútbol guipúzcoano, haya sabido reaccionar con firmeza ante ETA. El club se ha refugiado siempre en el escurridizo «no nos entrometemos en la política» cada vez que la banda ha asesinado, incluso cuando la víctima fue José Antonio Santamaría , ex jugador realista, en 1993. También cuando se trató de condenar el asesinato de un gran seguidor de la Real, como Gregorio Ordóñez , en 1995. O el de un socio de toda la vida, como Fernando Múgica , en 1996.

«Me cago en la p... Así nunca seremos una nación»

Ahora, la adhesión pública de ocho de sus jugadores, incluido el capitán del primer equipo, a la marcha por los presos de ETA que tendrá lugar hoy en Bilbao, ha causado un «profundo malestar» en la junta directiva, que sin embargo sigue escudada en el silencio, incapaz de desmarcarse de sus futbolistas. Fuentes próximas al presidente Aperribay aseguraron ayer a ABC que este se encuentra «profundamente dolido» con la actitud de los ocho implicados, a quienes ha apercibido en privado. El presidente, que vivió en primera persona el acoso de ETA a su padre, sí estaría dispuesto a «dar la cara» y desmarcarse públicamente para evitar que estos hechos manchen la imagen del club, pero choca con la postura de otros directivos, más partidarios a hacer la vista gorda.

El germen de la revuelta

Según ha podido saber ABC, fue el central Mikel Labaka quien dio a firmar el manifiesto por los presos a sus compañeros, durante el descanso del amistoso que la selección de Euskadi disputó ante Venezuela el pasado 29 de diciembre en San Mamés.

Los jugadores del Athletic se opusieron, al igual que la gran mayoría de los futbolistas vascos, lo que provocó el enfado de Labaka, quien llegó a increparles: «Me cago en la p... Así nunca seremos una nación». Algunos de los ocho que finalmente se sumaron al escrito, como David Zurutuza , han reconocido al club que firmaron «presionados». Tanto el capitán, Mikel Aramburu , como el portero suplente Eñaut Zubikarai , muy vinculados a sectores radicales de la «izquierda abertzale» sí lo hicieron por voluntad propia. El club teme ahora que la postura radicalizada de estos perjudique la imagen de la Real Sociedad.

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