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PATTON

Ardor guerrero

El próximo dia 21 se cumplen 65 años de la muerte del legendario general norteamericano

MANUEL DE LA FUENTE

Hijo y nieto de soldados, fue toda su vida un auténtico guerrero de los de antes, uno de esos seres casi mitológicos capaces de forjar imperios, de avanzar impávido bajo un diluvio de obuses y metralla, y vivir como el personaje principal de un tebeo de hazañas bélicas. Pero un tebeo total y marcialmente real. Siempre dispuesto al combate, a la arenga enardecida, a la osadía, el General George Smith Patton Jr., el General Sangre y Agallas, fue uno de los militares de mayor arrojo, carisma y valor de los Estados Unidos, hasta su prematura muerte, el 21 de diciembre del año 1945, a los 60 años, tras un accidente de coche.

Se cuenta que una inoportuna dislexia hizo de él un hombre siempre más dispuesto a lo físico que a lo intelectual, aunque durante su infancia, juventud y estancia en la Academia Militar de West Point leyó abundante literatura clásica e historia militar. Probablemente, «La Guerra de las Galias», de Julio César, hizo crecer en él al guerrero que triunfaría en el Norte de África, en Sicilia (siempre en competencia, a veces desleal, con el inglés Montgomery), en Francia.

El atleta que en los Juegos Olímpicos de Estocolmo consiguió un quinto puesto en la prueba de pentatlón moderno fue también pionero y adalid de los carros blindados, y fue el primer militar que ya en la Primera Guerra Mundial tuvo plena conciencia de la importancia de los tanques en el campo de batalla del futuro. Fue condecorado con las más altas distinciones (el Corazón Púrpura, la Orden del Imperio Británico, la Legión de Honor francesa) por varios países y era temido hasta el pavor por la Wehrmacht alemana. Se cuenta que era tan duro como justo con los soldados, y no podía soportar la cobardía: E valor es aguantar el miedo un minuto más, decía. Porque sí, a veces la fuerza se le iba por la boca y desde luego lo suyo no era la diplomacia: Los aliados lucharon contra el enemigo equivocado, fue una de sus frases, que hizo que se viera en él al primer inductor de la Guerra Fría. Para muchos, a pesar de sus defectos (llegó a abofetear a soldados heridos por su supuesta cobardía) fue un luchador legendario que nunca supo lo que era dar un paso atrás. Un soldado con el corazón rebosante de ardor guerrero.

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