El cámara de Telemadrid encarcelado en Japón, «víctima de un chantaje»
La familia de Daniel, que lleva tres días en prisión por una supuesta pelea en Osaka, afirma que el denunciante -un abogado con antecedentes penales- les exige 8.500 € para retirar las diligencias
Lo que parecía un incidente sin importancia se está convirtiendo en una auténtica pesadilla para el cámara Daniel Ruiz, encerrado desde el pasado miércoles en un calabozo de Osaka (Japón) por una supuesta pelea de la que no hay pruebas y en la que la otra persona implicada -un ciudadano estadounidense- actúa de modo sospechoso.
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La familia de Daniel denuncia que el americano les está intentando chantajear. Hasta el momento les ha exigido 8.500 € a cambio de retirar la demanda y que el cámara de Telemadrid quede libre. Sus padres creen que el denunciante, abogado de profesión, está usando para su beneficio la legislación japonesa, que prevé la posibilidad de retener a una persona hasta 23 días en prisión antes de iniciar cualquier proceso judicial.
«Daniel es víctima de un secuestro procesal»
«Daniel es víctima de un secuestro procesal», se queja su padre, Ángel, que renuncia a ceder a dicho chantaje, por consejo de sus abogados, que alertan sobre la posibilidad de que, una vez entregado el dinero, el estadounidense pueda reclamar aún más.
Desde Osaka su madre, Carmen Maroto, afirma que el denunciante «se aprovecha de las leyes japonesas para extorsionarnos». Carmen acaba de aterrizar a Japón para intentar ver a su hijo -algo que no podrá hacer hasta el lunes- y agilizar los trámites para que Daniel quede libre. «Tenemos que intentar que mi hijo no pase aquí la Nochebuena», dice angustiada.
Una extraña pelea
Daniel dio con sus huesos en el calabozo hace cuatro días, después de una discusión con el ciudadano estadounidense citado, que le rompió la cámara con la que grababa un capítulo de «Madrileños por el mundo». El trabajador de Telemadrid, que se encontraba junto al redactor del programa, empujó al agresor, que se dio contra un coche. Entonces, el conductor de dicho vehículo exigió una indemnización.
Ante el cariz que tomaban los acontecimientos, los reporteros de la cadena llamaron a la policía y presentaron la denuncia, al igual que hicieron el resto de implicados. Entonces, la policía retuvo a Daniel en el calabozo, una práctica habitual acorde con la legislación japonesa, hasta que se esclarece lo ocurrido o las partes llegan a un acuerdo, explica el abogado de la familia.
«El hecho objetivo es que Daniel no ha hecho nada», denuncia su padre, que además indica que el estadounidense implicado no ha presentado parte de lesiones y ha renunciado a que le represente ningún abogado.
Falta de contactos de Exteriores
Ante el giro de los acontencimientos, tanto Ángel como Carmen, los padres del detenido, esperan que las gestiones se eleven al más alto nivel, pero echan de menos un contacto más directo con el Ministerio de Exteriores. «No se han puesto en contacto con nosotros en ningún momento y creemos que, ante esta situación, tiene que tomar cartas en el asunto», indican.
Sin embargo, la familia de Daniel alaba el trabajo del cónsul y del embajador -que el martes hablará con el fiscal del caso-, que se preocuparon desde el primer momento por la situación del cámara.
El detenido mejora ahora de un resfriado que contrajo por el encierro al que le sometieron en un primer momento: en una celda sin apenas ropa y sin una cama.
«Daniel ha enfermado de la garganta por ese trato inicial», indica su madre. Poco después, y ante las quejas de su representación legal, fue trasladado a un calabozo convencional, «donde la luz está encendida las 24 horas, es esposado cada vez que ha de salir de la celda. Todo por una simple denuncia de agresión sin pruebas», relata su padre.
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