Europa obliga a que los alimentos tengan un DNI común de azúcar, sal y grasas
España junto con otro grupo de países europeos ha rechazado esta medida por entender que tendrá un enorme coste para la industria

Comprar más sano y más claro es el objetivo de la medida que han aprobado este martes los ministros de Sanidad y Consumo de la Unión Europea para mejorar la información al consumidor de los alimentos. La idea es que los fabricantes estén obligados a informar claramente en las etiquetas de los alimentos del nivel de azúcar, sal y grasas que contienen en aras de fomentar la alimentación saludable y luchar contra la obesidad y otra serie de enfermedades que vienen asociadas de ella.
La idea original de que la industria vitivinícola y de bebidas alcohólicas en general tuviera que empezar a poner también estas nuevas etiquetas ha sido finalmente abandonada a petición de los países productores de vino europeos, que temían que una mayor concienciación de los riesgos derivados del consumo de este producto podría hacer disminuir las ventas. En todo caso el compromiso es que se realizará un estudio a medio plazo de cómo incluir la información nutricional en este producto.
Entre las novedades figura, además de que las letras tendrán que tener al menos un tamaño de 1,2 milímetros , también que los consumidores podrán saber a partir de ahora los contenidos nutricionales de la carne y el país de origen , cosa que no es habitual ahora o, cuando menos, tiene un carácter voluntario. España junto con otro grupo de países europeos ha rechazado esta medida por entender que tendrá un enorme coste para la industria en un momento difícil a nivel económico como el actual.
El Parlamento Europeo había pedido que en la carne se especificara también el método que se ha utilizado para matar al animal porque algunas asociaciones de defensa del bienestar animal han presentado quejas sobre este asunto denunciado la crueldad de algunos procedimientos
Cambios a partir de 2013-14
El acuerdo de este martes, no obstante, aún tendrá que volver a la Eurocámara en segunda lectura, a lo que se añade que los países tienen un margen transitorio para aplicarla, de tal modo que es probable que hasta 2013 ó 2014 los consumidores no empecemos a apreciar los cambios.
En cuanto a los alimentos no envasados, como en muchos casos la fruta o la verdura, en principio el reglamento no establece la obligatoriedad de su etiquetado, aunque los países pueden hacer normas más estrictas al respecto por las que insten a los fabricantes a informar también de los datos nutricionales también.
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