Corea del Norte alardea de su programa de enriquecimiento de uranio
En plena escalada de la tensión, 85 soldados retirados ultranacionalistas desembarcan en la isla de Yeonpyeong para protestar contra el bombardeo lanzado por Kim Jong-il
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En plena escalada de la tensión tras el bombardeo de la isla surcoreana de Yeonpyeong hace una semana, Corea del Norte ha reconocido hoy oficialmente su programa de enriquecimiento de uranio. Aunque el régimen estalinista dirigido por Kim Jong-il mostró recientemente sus instalaciones nucleares a un científico estadounidense, es la primera vez que anuncia su plena operatividad.
En un nuevo alarde de fuerza, el periódico “Rodong Sinmun”, órgano de propaganda del Partido de los Trabajadores, informó hoy de que “la actual construcción de un reactor de agua ligera está progresando a buena marcha y ya está funcionando una moderna planta de enriquecimiento de uranio equipada con varios miles de centrifugadoras para asegurar el suministro de energía”.
La agencia estatal de noticias KCNA añadió que “el desarrollo de la energía nuclear se empleará con fines pacíficos”, pero los servicios secretos Corea del Sur y Estados Unidos temen que Pyongyang use el uranio enriquecido para su programa de armas atómicas. No en vano, Corea del Norte ha efectuado ya dos ensayos nucleares y podría tener plutonio para fabricar entre seis y doce bombas atómicas.
La Casa Blanca sospechaba desde 2002 que el “Querido Líder” Kim Jong-il, como lo ha bautizado la propaganda, había ordenado avanzar en su programa de enriquecimiento de uranio. Sin embargo, la expulsión el año pasado de los inspectores internacionales impidió comprobar su estado.
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Mientras Pyongyang añade más leña al fuego y continúan las maniobras militares de EE.UU. y Corea del Sur en el Mar Amarillo, 85 soldados retirados han desembarcado hoy en la isla de Yeonpyeong. Luciendo uniformes paramilitares y un discurso ultranacionalista, protestarán durante los próximos días contra el ataque de la semana pasada, que dejó cuatro muertos y 18 heridos y elevó la tensión en la zona.
“Nuestras familias están preocupadas, pero hemos venido aquí para ayudar al Ejército y proteger las costas y los edificios públicos”, explicó a ABC Han Jeong-youn, un militar retirado de 61 años que sirvió entre 1969 y 1972. “El bombardeo de Corea del Norte demuestra que no Kim Jong-il no tiene humanidad, pero no creo que se atrevan a atacar de nuevo porque el portaaviones USS George Washington ha venido en nuestra ayuda”, señaló mientras sus compañeros entonaban canciones patrióticas y enarbolaban banderas surcoreanas.
Junto a ellos figuraba Hong Jung-sik, otro exaltado veterano de 61 años que desplegó una pancarta contra el “Querido Líder” en el puerto de Yeonpyeong y vociferó consignas contra el Norte. “Fuera Kim Jong-il, venimos a quedarnos para siempre”, montó un espectáculo ante decenas de periodistas y cámaras que tomaban el ferry de regreso a Incheon.
Aunque Seúl se estaba planteando cerrar la isla y ha instado a los reporteros a que la abandonen, ha permitido la llegada en el barco de hoy de este numeroso grupo de radicales de la extrema derecha surcoreana, pero civiles al fin y al cabo. Una incongruencia porque en Yeonpyeong solo quedan una treintena de sus 1.300 residentes y porque la presencia de los veteranos, acostumbrados a hacer bastante ruido con sus manifestaciones, podría ser considerada una nueva provocación por parte del régimen norcoreano.
Acampados en la escuela local, los veteranos estarán de todas maneras bastante controlados, ya que el Ejército ha sellado numerosas zonas de la isla. Entre ellas se incluye un mirador desde el que se ve Corea del Norte a solo diez kilómetros, y en el que se exhiben un avión, un tanque, un helicóptero y un anfibio utilizados en antiguas batallas.
Además, Seúl ha doblado hasta los doce los cañones de artillería K9 de la base militar de Yeonpyeong, donde hay más de un millar de soldados, y ha desplegado por la isla lanzaderas de misiles que pueden disparar 36 cohetes en 20 segundos y tienen un radio de acción de 36 kilómetros.
Dentro de sus esfuerzos mediadores, el Gobierno chino recibe hoy al presidente del Parlamento norcoreano, Choe Thae-bok, para buscar una salida negociada a la crisis, pero la tensión continúa en la pequeña isla de Yeonpyeong.
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