noción personal
CACABELOS
Desde hace dos legislaturas la gobernabilidad de Cacabelos no existe. Entraron los comunistas disfrazados de IU y PSOE
A veces, con mi hijo y sus amigos, jugamos a decir nombres de localidades raros y peculiares. Claro está, uno de los primeros que sale a relucir es el de la preciosa villa regada por el río Cúa. A los niños, ya se sabe, todo aquello que lleve nombre rozando lo escatológico les resulta divertido por estar simulando a decir palabrotas. Pura inocencia.Pero Cacabelos no es ningún chiste. Se trata de una pujante población berciana donde sus gentes son bastante emprendedoras y trabajadoras. Tanto, que le han birlado literalmente la cartera a la vecina y señorial Villafranca, otrora capital de la provincia del Bierzo. Y mientras Villafranca se ha quedado para vestir santos con casas blasonadas, iglesias, castillos halfterianos y semidespoblada; los del Cúa lograron ser sede de la Denominación de Origen del vino del Bierzo, el Museo del Vino y un montón de logros más. Pero eso fue en otra época y con otros alcaldes al frente de su Consistorio. Míticos empresarios como José Luis Prada llevaron la batuta de la localidad con una brillantez que hoy brilla por su ausencia.
Desde hace dos legislaturas la gobernabilidad de Cacabelos no existe. Entraron literalmente a saco los comunistas disfrazados de IU y el PSOE con líderes de pies de barro. Hubo incluso un joven alcalde socialista que dimitió por depresión ante tanta zancadilla y traición desde sus propias filas, exhausto.Que Cacabelos es ingobernable lo saben hasta los niños de los colegios del lugar, que ven disminuir la luz en los parques, jardines y centros culturales. Cada día asoma la amenaza de un embargo, un corte de suministro eléctrico o una nueva investigación. José Manuel Sánchez, el actual edil socialista ha batido el récord de asuntos litigados en los juzgados. Las cuentas no casan nunca y el recurso es echar la culpa a los subordinados, muchas veces los propios funcionarios de alta responsabilidad. La sospecha de presunta corrupción, pago de favores e irregularidades administrativas es un asunto sabido ya a nivel provincial y pronto levantará, si sigue así, el cerco regional. No es de extrañar que, tanto en el Congreso como en el Senado, cualquier día salga a relucir el nombre de esta digna población por causa de sus indignos representantes. Pero lo que todavía no se ha dicho y debería tener muy claro el alcalde Sánchez, que el enemigo no son los medios por transmitir lo que está pasando en su gestión. Las filtraciones y las llamadas campañas en su contra, por paradójico que parezca, nacen de las filas de sus propios compañeros de partido a nivel comarcal y provincial.
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