Suscríbete a
ABC Cultural

Carolyn Richmond: «Cuando Ayala murió, yo no tenía ganas de vivir»

«Hace años, Ayala me dijo: “Llegará un momento en el que va a haber tantos cambios con la informática, etcétera, que millones y millones de personas se quedarán sin trabajo»

IGNACIO GIL

ANTONIO ASTORGA

- Carolyn Richmond era, es y será el río de la vida de Francisco Ayala.

—Muchas veces, a lo largo de nuestros 35 años de vida en común, se detuvo a contemplar los ríos conmigo.

—Sus paseos por las orillas del Sena y del Támesis, su gesta cruzando el Moldava, navegando en el Danubio, deteniéndose en éxtasis sobre un puente del Tíber, recorriendo el Nilo, habitando el laborioso Hudson en Manhattan... Días felices de Ayala en su jardín de las delicias.

—No queremos nada lúgubre ni solemne, sino celebrar todos los años que hemos gozado con Francisco. Por ello, su Fundación \[www.ffayala.es\] organiza estas jornadas en su honor. Queremos apelar a los niños. Hay varios institutos con el nombre de Francisco Ayala, bibliotecas, etcétera, y hacemos actos por y para ellos: «la maquiné». La primera representación es para los jóvenes: títeres, objetos, proyecciones... Y por la noche, para los adultos, que también somos como niños.

—Él amaba a la juventud.

—Es muy cierto. Y a mí me apetece hacer alguna antología de textos suyos para jóvenes. Pero sin cambiar los textos. Es uno de los miles de proyectos.

—¡Un año, ya, sin Ayala el Grande!

—Es un ciclo entero, que hoy se cierra. Los primeros seis meses fueron los más duros. Yo no hice nada. ¿Sabe? Me vestía de negro, y no me lo quitaba. Pero no es algo que yo me impusiera; el negro se me imponía. No podía vestirme de otra cosa. El negro te ayuda a desaparecer, y lo que quieres es desaparecer. Yo no tenía ganas de vivir ni de estar con nadie. Afortunadamente eso no dura, y cuando decidí volver a la vida me quité el negro. Hay personas que sí se visten de negro por obligación, tradición, costumbre; yo lo hice porque no quería ser vista, deseaba desaparecer.

—¿Qué echa de menos?

—¡A mi marido! Hablábamos mucho de todo y siempre estábamos de acuerdo en que había que vivir una vida con calidad. Al final, él estaba poniéndose mal y no tenía calidad de vida. Me alegro de que no haya vivido más días malos.

—Era un ser de luz, extraordinario, generoso...

—¡... Con las personas con las que quería ser generoso!... Usted, afortunadamente, se encontraba entre ellas. Hay otras personas que no llegaron a disfrutar de su generosidad.

—¿Qué hubiera pensado él de esta crisis?

—La vería desde el punto de vista del mundo, porque no es España ni Europa, es el mundo entero. Él tenía una visión global de la realidad, de la actualidad. Y mucho de lo que ocurre hoy él lo vio hace veinte años. Me decía: llegará un momento en el que va a haber tantos cambios con la informática, la globalización, etcétera, que se van a quedar millones, millones y millones de personas sin trabajo y nunca van a trabajar en su vida. Porque no hay trabajo para ellos. Él lo veía todo antes, pero nadie le hacía caso, sobre lo que ahora está ocurriendo.

—Fue un precursor...

—Francisco era brillante, muy brillante, además de buena persona y muy generoso. Tenía una inteligencia muy superior al resto de nosotros, los pobres seres humanos.

—... que se anticipó al tiempo que le tocó vivir.

—En su pensamiento, en su escritura, en muchas de sus obras se anticipaba hace décadas a lo que ahora la gente sitúa como novedad. Y le doy el ejemplo del llamado minirrelato. ¿Quién los escribía hace cincuenta años?

—Era como un boxeador en su maravillosa luna invicta.

—Francisco era su propia vanguardia.

—Ya sobre la tierra, don Francisco Ayala cuesta hoy 34 céntimos de euro.

—Es muy bonito el sello Ayala, ¿verdad? Querían poner 68 céntimos, pero me pareció demasiado, lo fijamos en 34, que es lo más normal, para que se utilice y todo el mundo pueda disfrutar a Ayala.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación