De la angustia a la pirotecnia

La ceguera es al thriller lo que un carromato al western o un smoking a un musical de la Metro, y con esa premisa y circunstancia arranca «Los ojos de Julia», con la ceguera como embrague de la trama y motor de la intriga. Es el segundo largometraje de Guillem Morales y tiene el sello, o el timbre, del mexicano Guillermo del Toro, productor; pero, sobre todo, tiene la impronta que le otorga su protagonista, la sin par Belén Rueda, la gran actriz del suspense, capaz de convertir un plano en una señal de alarma.

Ella es, y por partida doble, la moneda en el aire de esta historia sobre los miedos y las pérdidas (de la visión, de la hermana gemela, de la pareja, de la propia vida…) que está filmada como a través de un paño negro y que tiene un buen punto de partida y un buen catálogo de personajes, pero un mal trazado hasta la meta; lo que empieza en terror digamos psicológico acaba en espanto pirotécnico, y lo que parecía toque paranormal se queda sencillamente en anormal.

El caso es que Morales baraja todos los recursos posibles, contando siempre con la fragilidad y delicadeza de Belén Rueda, con el amplificador en estos sentidos de la ceguera, y lo mismo se dirige hacia el pánico sutil que hacia el horror más grueso, el sobresalto previsible o la carnicería más gore, que se muestra irónico, burlón, provocador (hay personajes y situaciones tan extremos como la letra z), que serio, severo e incluso poético…

Hay que suponer que «Los ojos de Julia», con varios y lejanos ecos de «El orfanato», encuentra mejor acomodo entre los amantes del género, y que los excesos en el duelo entre el bien (o sea, el muy bien de Rueda) y el mal están dentro de lo que podríamos considerar gajes del buen oficio de thrillero .

LOS OJOS DE JULIA HH

Director: Guillem Morales. País: España. Año: 2010. Duración: 107 min. Género: Terror. Int.: Belén Rueda, Lluís Homar, Pablo Derqui.