Los jefes de Segi detenidos querían sabotear la «vía Otegi»
Consideran la actividad criminal de ETA como «necesaria e irrenunciable»
La dirección de «Segi» desmantelada por el Cuerpo Nacional de Policía mantenía una posición crítica y de «total rebeldía» con Arnaldo Otegi y el resto de cabecillas batasunos que ahora apuestan por las «vías exclusivamente políticas». Los catorce detenidos constituían un bloque de oposición al nuevo rumbo estratégico de la «izquierda abertzale». «Identificados con los postulados más radicales del entramado radical y, concretamente, de ETA», los arrestados consideran que la violencia terrorista es «un instrumento necesario e irrenunciable». Según el Ministerio del Interior, Segi no es sólo una organización que «mantiene una completa sintonía con ETA, sino que es también la estructura que permite la regeneración de la banda por medio del adoctrinamiento.
Esta nueva operación contra la cantera etarra —continuación de la realizada hace once meses— ha sido desarrollada por trescientos agentes de las brigadas de Información de Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Pamplona y Barcelona, coordinados por la Comisaría General de Información y bajo la dirección del juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska. Los investigadores relacionan a varios de los detenidos con el ligero repunte que en los últimos meses ha experimentado la «kale borroka». De hecho, además de 36.000 euros, los arrestados tenían en su poder diferente material para confeccionar artefactos incendiarios que ocultaban en locales de Segi y Askatasuna, que habían convertido en auténticas bases logísticas.
Controlar y reclutar
Segi, ilegalizada en 2007 por formar parte de las estructuras de ETA, se ocultaba tras la organización pantalla «GaztEHerria», que tenía un doble objetivo: por un lado, controlar el movimiento juvenil vasco —como los antisistema, okupas o plataformas contra el AVE vasco— , y por otro, reclutar jóvenes para incorporarlos a la banda terrorista. De los catorce detenidos, cinco lo fueron en Vizcaya —Imanol Beristain Gutiérrez, hermano del preso Iker Beristain; Xabier Bidaurre Sanz; Rubén Villa Esnaola; Xabat Morán Ruiz e Ikoitz Arrese Otegi—, y otros cinco en Navarra —Ander Maeztu Arteaga, Imanol Salinas Ijurko, Egoi Irisarri Alzueta, Ibon Esteban Scaloni y Xabier Arina Etxarte—. El resto fueron arrestados en Guipúzcoa —Julen Joseba Zuaznabar Abendaño y Ainara Ladrón Urbieta—, en Álava —Igarki Robles Martínez del Campo— y en Barcelona —Marina Sagastizabal Emilio Yus—.
Además de las capturas, la Policía realizó 45 registros domiciliarios y de distintos locales que eran utilizados por los detenidos para planificar, entre otras, acciones de «kale borroka». Entre los registros destacan los efectuados en la «herriko taberna» de Romo y en un establecimiento similar de Deusto. También se llevaron a cabo inspecciones en dos «gaztetxes» de Zumaya y del barrio donostiarra de Gros, así como en la sociedad «Zipotza» de Astigarraga. En uno de ellos, la Policía encontró un cuadro de espejo que tenía grabado en rojo el anagrama de la banda ETA.
Alfredo Pérez Rubalcaba, desde su nuevo sillón de portavoz del Gobierno, destacó que los detenidos tenían el objetivo de «articular una nueva dirección» de Segi. No obstante, advirtió de que «cada vez que ETA rehaga su cantera la Policía y la Guardia Civil actuará y esa cantera no va a poder nunca llegar al equipo titular», sentenció.
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