Garzón, sin oxígeno
El auto es demoledor y tiene visos de una premonitoria sentencia condenatoria
El juez de la Audiencia Nadional Baltasar Garzón, suspendido de sus funciones, ha recibido un nuevo varapalo del Tribunal Supremo y prácticamente se ve abocado a sentarse en el banquillo de los acusados para someterse a un juicio oral —sería el segundo— por prevaricación. Cuando Garzón ordenó intervenir en la cárcel las comunicaciones entre detenidos y abogados del «caso Gürtel», «laminó el derecho de defensa y destruyó los pilares del proceso penal», arguye el instructor. El auto es demoledor y tiene visos de una premonitoria sentencia condenatoria. El futuro judicial de Garzón se oscurece aún más.
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