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El gran Clásico de Europa
Real Madrid y Milan, los dos equipos más laureados del continente, arrastran una brillante historia de enfrentamientos

Real Madrid y Milan son los dos equipos más laureados de la Copa de Europa , con nueve y siete títulos respectivamente. Los italianos visitan el Bernabéu por séptima vez, donde sólo han ganado una, el año pasado, 2-3, y con ambos equipos clasificados para octavos. También se cruzaron en 02-03, en la fase de grupos, y también se clasificaron los dos. Entonces el Madrid venció 3-1 con dos goles de Raúl y uno de Guti, en el regreso de Fernando Redondo como rojinegro. Rivaldo hizo el gol visitante.
Este martes llega un nuevo choque que no parece transcendental, ya que españoles e italianos son favoritos para pasar a octavos de final. Pero un Madrid-Milan, en todo caso, no es un partido cualquiera.
Fue en la Copa de Europa cuando de verdad Madrid y Milan se cruzaron en eliminatorias, allí donde no se permite el error, donde si fallas te vas a la calle. La historia le fue bien a los madridistas hasta que llegó Van Basten , el conjunto terrible creado por Sacchi y adelantado tácticamente a su tiempo, con jugadores formidables que presionaban de un modo desconocido. Aquel Milan revolucionó el fútbol; desde entonces se juega –es verdad- de otra manera.
En la 55-56, en la ida, el Madrid venció 4-2 en un partido trepidante ya que, a la media hora, ya iban 2-2 y hubo cinco goles antes del descanso. Marcaron para los blancos Rial, Joseíto, Olsen y Di Stéfano. En la 63-64, también en la ida, el Madrid venció 4-1, con goles de Amancio, Puskas, Di Stéfano y Gento. En ambas ocasiones la ventaja fue suficiente.
Después la Quinta del Buitre no pudo continuar la racha . Aquel 1989 fue durísimo para los blancos, primero en abril (semifinales) después en noviembre (octavos). Aquel Real Madrid no sería nunca campeón de Europa. Había ganado dos UEFAS con un juego arrollador, pero al exigírsele el mayor torneo continental fue superado por Bayern e Eindhoven en semifinales y, tras una revancha con los holandeses al año siguiente, cayó en el bombo el Milan. El Madrid empató 1-1 en la ida (cabezazo de Van Basten) , y el 5-0 de la vuelta quedó en la leyenda negra del club.
Al año siguiente se sirvió otra posible revancha. Los milanistas ganaron con un 2-0, sin mucha oposición, y entonces se preparó la remontada… aunque el Madrid consiguió un triste triunfo en la vuelta (1-0 con gol de cabeza desde el suelo de Butragueño) la ofensiva blanca moría a treinta y tantos metros de Galli. La línea defensiva y la presión hacia delante de Tassoti, Maldini, Baresi y Costacurta hicieron que no hubiera jugadas. Acercarse era ya una gesta, hubo ¡24 fueras de juego! madridistas, Buyo hacía volar el balón permanentemente sin sentido; era imposible dar dos pases con verticalidad.
Con el brazo en cabestrillo
En aquel 1-0 insuficiente, Paco Llorente se lastimó el hombro. El Madrid había hecho los dos cambios por lesión (todavía no eran tres). Expulsaron entonces a Sanchís. Para no estar con nueve, Llorente regresó al campo con un brazo en cabestrillo , con una de las mangas al aire. Era desolador ver correr al rápido extremo con esa merma física como ejemplo de impotencia, ante la lección defensiva de los italianos. El Milan se había convertido en el mejor equipo de la época y la Quinta se fue de la historia sin ser campeón, cosas del fútbol.
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