Justos y benéficos
Retirado en Torre de Juan Abad, vivía Quevedo «en conversación con los difuntos» y escuchando con sus ojos a los muertos, como dejó sentado en un memorable soneto en el que se refiere a la enriquecedora lectura de los autores clásicos. Con los ojos y los oídos del corazón, se beben los textos de autores españoles del XIX con los que Juan Carlos Plaza-Asperilla ha tejido un espectáculo cívico y didáctico, emocionante y benéfico, como querían los padres de la Constitución de Cádiz que fuésemos los españoles, además de justos.
Precisamente con una referencia a «La Pepa» comienza un recorrido literario y escénico por versos, fragmentos teatrales y prosas de Larra, Espronceda, Bécquer, Rosalía de Castro, Zorrilla, Mesonero Romanos, García Gutiérrez, Antonio de Trueba y Bonaventura Carles Aribau, una alineación con muchos de los primeros nombres literarios de la España decimonónica, con el añadido de un texto extraído del prólogo que escribió Antonio Cánovas del Castillo para el libro «Autores dramáticos contemporáneos y joyas del teatro español del siglo XIX» y de varios temas musicales populares.
Están muy bien elegidos los textos de este «Paseo romántico», que sintetiza las pulsiones históricas, políticas, sociales y artísticas de una época convulsa, contradictoria y decisiva en una panorámica apasionantemente viva, en la que las palabras de ayer parece que nos hablan de hoy proyectándose al mañana. La ligera y eficaz dramaturgia de Plaza-Asperilla enhebra y ordena los textos de tan diversa procedencia en varios apartados temáticos y genéricos —«El periodismo y el ensayo», «El teatro», «Epistolario y poesía amorosa», «Poesía fantástica, orientalista, popular y crónica histórica» y «Crónica y poesía política y social»— y la dirección de Laila Ripoll da al conjunto sentido escénico, sin que pierda su condición primordial de lectura de textos.
Los actores exhiben su calidad, entonados, justos y benéficos, con momentos brillantes. En el estupendo acabado de este «Paseo...» destacan, por ejemplo, el brioso Tenorio que asume Marcial Álvarez y el emocionante momento final de la función, que cierra José Coronado con un fragmento de «El día de difuntos de 1836», un texto estremecedor y profético de Larra emparentado en cierta forma con el poema de Dámaso Alonso «Insomnio» («Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres...») y en el que en la voz de Fígaro vibra un pesimista y terco escalofrío de regeneracionismo.
PASEO ROMÁNTICO HHH
Espectáculo sobre textos de autores españoles del siglo XIX. Dramaturgia: Juan C. Plaza-Asperilla. Dirección: Laila Ripoll. Iluminación: Juan Gómez-Cornejo. Músico: Marcos León. Intérpretes:Blanca Portillo, José Coronado, Israel Elejalde y Marcial Álvarez. Teatro Español. Madrid
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