El régimen chino retiene en su casa a la mujer del Nobel de la Paz Liu Xiaobo
Tras permitirle que visitara a su marido en la cárcel, la poetisa ha sido confinada bajo arresto domiciliario para que no hable con los periodistas extranjeros

Una palada de cal y una montaña de arena. La poetisa Liu Xia, esposa del disidente chino Liu Xiaobo, último premio Nobel de la Paz, ha sido confinada en su apartamento de Pekín, cerca del Museo Militar y de la antigua sede de la televisión estatal CCTV. Aunque la Policía le permitió ayer visitar a su marido, que cumple una condena de once años de prisión por pedir democracia en China, volvió a retenerla para que no hable con los periodistas ni se reúna con sus amigos.
“Hermanos, he vuelvo a casa. Me pusieron bajo arresto domiciliario el día 8 (viernes) y no sé si podré ver a alguien”, anunció en su cuenta de Twitter burlando la censura que bloquea esta popular red social en China.
Además de ocultar la noticia en los medios nacionales y filtrar internet, el régimen de Pekín intenta silenciar el eco del Nobel a Liu Xiaobo, que apenas es conocido entre los chinos de a pie. A las puertas de su edificio, en el número 9 de Yuyuantan Nanlu, se han apostado corresponsales y cámaras de televisiones extranjeras ante la curiosa mirada de los vecinos. Sorprendidos al ver tantos periodistas, muchos preguntan si en el interior hay algún cantante o deportista famoso.
En su breve comentario en Twitter, la mujer del disidente confirmó que pudo reunirse con su marido en la cárcel de Jinzhou, a 500 kilómetros de Pekín. “Mi móvil está roto y no puedo llamar o recibir llamadas. Vi a Xiaobo y le dije que había ganado el Nobel. Por favor, ayudadme a retwittear”, escribió la poetisa.
Según la ONG americana Human Rights in China, Liu Xiaobo dedicó con lágrimas en los ojos el Nobel de la Paz a las “almas perdidas” durante la represión militar que aplastó las manifestaciones democráticas de Tiananmen en 1989, en las que él también participó.
Además de protestar airadamente contra el galardón, el régimen chino ha detenido a numerosos disidentes para que no celebren el Nobel de Liu Xiaobo. Este premio vuelve a poner en evidencia las vergüenzas de un régimen autoritario que, tras abrazar el capitalismo más salvaje, sigue denominándose comunista. A pesar de la modernización y la revolución social que ha provocado su extraordinario crecimiento económico, en China se sigue persiguiendo a la gente por decir o publicar en internet lo que piensa. Siempre y cuando sea distinto a lo que propugna el Partido Comunista y amenace su hegemonía política.
Liu Xiaobo, un ex profesor de Literataura de 54 años, ha sido galardonado con el premio Nobel de la Paz por promover la democracia con la “Carta 08”. Por dicho documento, que se inspira en la “Carta 77” firmada ese año en Checoslovaquia contra la ocupación soviética, el disidente fue condenado a once años de cárcel por subversión contra el Estado. Además de censurar la noticia en su país, el régimen chino ha atacado duramente al Instituto Nobel noruego por premiar a un criminal, por lo que no parece probable que Liu Xiaobo vaya a ser liberado.
Para oprobio del régimen, Liu Xiaobo se une a otros premios Nobel chinos marcados por el Gobierno como enemigos del Estado, como el Dalai Lama, considerado un “terrorista” que lucha por la independencia del Tíbet, y el escritor exiliado en Francia Gao Xingjian, cuyas obras están prohibidas en este país.
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