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El PSOE arropa a Zapatero para frenar su deterioro y el debate sucesorio

Pajín cree que el presidente «gana» porque él permitió que hubiera primarias

JOSÉ ALFONSO

CRISTINA DE LA HOZ

El PSOE tiene un problema. Tras haber rechazado la militancia del PSM a la candidata de la Dirección Federal, Trinidad Jiménez, el calendario trazado por José Luis Rodríguez Zapatero para desvelar si volverá a ser candidato en las generales de 2012 —junio de 2011, después de ver los resultados en autonómicas y locales— puede verse superado por los acontecimientos. Ya no se cuestiona cuándo anunciará si se presenta por tercera vez. Lo que se cuestiona fuera del partido y, tímidamente, dentro, es si sigue siendo el candidato ideal.

Por eso, ayer, todos cerraban filas en torno a él, en un intento por cortar cualquier conato de desafección hacia el líder. Los «barones» territoriales, los mismos que le vienen pidiendo que desvele ya la incógnita y haga un cambio de nombres y rumbo en el Ejecutivo que les permita salvar los muebles en 2011, permanecieron callados. Habló la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, quien señaló que «para nada» hay alguien en el PSOE que quiera quitar a Zapatero. «Yo creo que todos los miembros de Gobierno piensan que tenemos el mejor presidente y el mejor candidato». Hasta el diputado de Izquierda Socialista Juan Antonio Barrio de Penagos ve «muy prematuro» hablar de poszapaterismo aunque reconoce, eso sí, que el jefe del Ejecutivo «ha perdido un poco de frescura», según declaró a Ep.

La reunión matinal del núcleo duro del Gobierno, los lunes en Moncloa, se dedicó básicamente a hablar de Presupuestos, según fuentes gubernamentales. Se dejó la valoración política para la cita posterior, la de la Comisión Permanente, en la calle Ferraz, en la que ya no estaba Zapatero. Se optó por hacer borrón y cuenta nueva de su apoyo mayoritario a Trinidad Jiménez. Aparentemente no hubo fuertes discusiones entre los dos sectores enfrentados. Por un lado, Blanco, Elena Valenciano, Antonio Hernando y Pedro Zerolo, afines a Jiménez, y por otro, José Andrés Torres Mora y Álvaro Cuesta, partidarios de Tomás Gómez.

José Blanco, junto con Alfredo Pérez Rubalcaba uno de los señalados como «culpables» de haber embarcado a Zapatero en la apuesta por Trinidad Jiménez, estuvo en ambas reuniones pero hasta hoy no va a romper su silencio (de hecho, nunca comparece en Ferraz desde que se fue a Fomento). Le tocó a la secretaria de Organización, Leire Pajín, relatar a los periodistas que el partido está unido «sin fisuras», como una piña en torno a su secretario general. Como una cantinela aprendida, tanto ella como el resto de dirigentes que hicieron ronda por los medios de comunicación repitieron que Zapatero «gana» porque permitió que haya habido primarias en Madrid, pudiendo haberlas vetado, según los estatutos del PSOE. Pajín fue la encargada de explicar que el vicesecretario general no había hecho autocrítica y se había limitado a felicitarse del «éxito» de las primarias en toda España. Rubalcaba, en un acto con la Guardia Civil, tampoco habló.

Blanco: objetivo cumplido

Fuentes próximas al vicesecretario general señalaron a ABC que José Blanco no va a dedicar ni un minuto de su tiempo a mirar atrás; que si él apoyó a Trinidad Jiménez fue porque las encuestas decían que era la mejor opción, pero una vez que la militancia del PSM habló el domingo, «no hay vuelta atrás». El «número dos» del partido resaltó ante la Permanente que el PSOE puede darse por contento por el «objetivo cumplido» de que su candidato en Madrid sea hoy más conocido que hace un año, además de por haber logrado movilizar un domingo al 75% de la militancia. En ese sentido, las fuentes consultadas sostienen que todo el partido se va a poner a disposición de Gómez para derrotar a Aguirre. Desconocen cuándo se hará el acto de proclamación formal de Gómez y Lissavetzky que, según otras fuentes consultadas por este periódico, se quiere «multitudinario» y que sirva de escenario para restañar las heridas abiertas.

Lo que sí empezó ayer es el baile de especulaciones sobre si Jiménez formará parte de la lista de Gómez a la Asamblea. Por la mañana, Pajín comentó que ambos formarán «un tándem imbatible», aunque no quiso prejuzgar si eso significa que la ministra vaya a ser la «número dos» de la lista. Gómez, por la tarde, declaró que a él le gustaría y que como eso «lo decide el número uno», pues la oferta ya está sobre la mesa. Fue la única declaración altisonante en una jornada que concluyó con la entrevista que Ángel Expósito le realizó a José Bono en La 10 y en la cual el presidente del Congreso calificó a Tomás Gómez como «un fenómeno» y aseguró que «las preferencias de Zapatero eran claras. Dudar a estas alturas de cuál era su preferencia sería convertirnos no en leales, sino en idiotas».

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